Carlos

Nuestra Política de Tratamiento de Datos Personales ha cambiado. Conócela haciendo clic aquí.

close
Francisco Miranda Hamburger
Editorial

Subiendo al tercer pico

Tras pasar este punto crítico será momento de analizar las medidas sanitarias y económicas frente a las próximas alzas.

Francisco Miranda Hamburger
Director de Portafolio
POR:
Francisco Miranda Hamburger

Ayer se reportaron en Colombia 420 fallecidos por el covid-19. De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, esta sería la cifra diaria registrada más alta de muertes en los 13 meses de pandemia.

Si bien el dato recoge decesos de días anteriores en su metodología de cálculo, es un termómetro de la dureza con la que está golpeando el tercer pico de contagios de coronavirus en Colombia.

Como lo reportó El Tiempo en su pasada edición dominical, el ritmo de la propagación mortal del covid-19 ha venido disparándose. La semana pasada el promedio de muertes diarias fue de 331, esto es, un colombiano murió por el virus cada cuatro minutos.

Las autoridades sanitarias confirman los preocupantes indicadores epidemiológicos –como la positividad y el Rt( número de personas que infecta un contagiado)– que se traducen en una aceleración de contagiados y fallecidos.

La respuesta del Gobierno Nacional y las administraciones locales a esta disparada del tercer pico ha sido activar el “piloto automático”. Es decir, desplegar las medidas de los picos anteriores como las cuarentenas generalizadas, los ‘pico y cédula’, los toques de queda nocturnos y demás restricciones en las grandes capitales del país.

Es innegable que la más reciente ola de confinamientos urbanos ha sido recibida con más desobediencia y crítica que en ocasiones anteriores. Las cuarentenas del año pasado dejaron a las empresas y los hogares colombianos, en especial los más vulnerables, dolorosas lecciones sobre las consecuencias de esas medidas en la economía.

En Bogotá y otras ciudades del país, comerciantes, trabajadores informales y otros grupos, que se perjudican por los cierres, han elevado sus protestas contra estas decisiones de los gobiernos locales.

No obstante, ya con varias semanas en el tránsito a este intenso tercer pico, es demasiado tarde para el análisis y el despliegue de otro tipo de medidas más focalizadas, que refuercen el rastreo y el seguimiento y que le den un respiro a las actividades económicas.

Los meses de “valle” que tuvo la pandemia no fueron aprovechados por el Gobierno Nacional y los gobiernos locales para el desarrollo de un arsenal de estrategias más innovadoras.

Brillan hoy por su ausencia alternativas de política pública que incorporen en su diseño esas costosas lecciones en materia económica, de ingresos, de inequidad, e incluso de orden público, que dejaron las cuarentenas del año pasado.

Repiten los gobiernos las fórmulas agotadas y un poco deslegitimadas de los confinamientos, a sabiendas que los ciudadanos buscan proteger su vida y la de sus seres queridos. Pero no es exagerado afirmar que la opción de encerrar millones y millones de ciudadanos, sin importar sus vulnerabilidades y sus inequidades, ya ha cansado a la población.

Otra percepción que abrigaban muchos colombianos, y que la realidad de la pandemia destruyó, era la idea de la vacunación como herramienta para desterrar los confinamientos del menú de herramientas contra el coronavirus.

Lo cierto es que el plan nacional de vacunación ha brindado esperanza y tranquilidad a los 3,3 millones de colombianos con dosis aplicadas. Sin embargo, los retrasos en los despachos, inicialmente programados para abril, tendrán su inevitable impacto, sumado a los desafíos logísticos, en llevar la inmunización a los ritmos necesarios para cumplir las metas para 2021.

Resta aguantar esta tercera embestida del coronavirus con las medidas de autocuidado y esperar que las autoridades incorporen las lecciones que está dejando.

Francisco Miranda Hamburger
framir@portafolio.co
Twiite: @pachomiranda

Lo más leído

Destacados

Más Portales

cerrar pauta