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Francisco Miranda Hamburger
Editorial

Un Nobel al empirismo

Este año destacó el diseño, las metodologías y los marcos para extraer mejores conclusiones de experimentos de la vida real.

Francisco Miranda Hamburger
Director de Portafolio
POR:
Francisco Miranda Hamburger

Este lunes, la Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgó el Premio Nobel de Economía a tres investigadores pioneros en el uso de experimentos naturales para responder temáticas centrales del mercado laboral. La mitad del reconocimiento se lo lleva el canadiense David Card por sus “contribuciones empíricas a la economía laboral” y la otra mitad fue para el estadounidense Joshua Angrist y el neerlandés Guido Imbenspor sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales”.

El más importante reconocimiento mundial de las ciencias económicas destacó este año el diseño, las metodologías y los marcos para extraer mejores conclusiones de experimentos de la vida real. A diferencia de otras ciencias y campos de estudio, las cuestiones sociales que aborda la economía en muchas ocasiones no pueden ser abordadas por experimentos controlados aleatorios, en los que una población recibe un tratamiento y otra se usa de control, y se pueden establecer las relaciones de causa-efecto.

Estas limitaciones en el diseño de los experimentos provienen de restricciones prácticas y hasta éticas. Por ejemplo, para estudiar los impactos del cierre de los colegios por la covid-19 en el aprendizaje de los niños, dividir aleatoriamente esta población infantil en dos grupos -uno que disfrutaría del derecho a la educación en escuelas abiertas y otro al que se le negaría el mismo derecho- enfrenta serios reparos éticos, además de metodológicos.

David Card, actual profesor de Berkeley, empleó “experimentos naturales”, situaciones de la vida real en las que decisiones de política pública, eventos naturales o arreglos institucionales configuran una situación muy parecida a la de un experimento controlado aleatoria, para abordar cuestiones vitales de la economía laboral como el impacto del aumento del salario mínimo en el empleo, el impacto de la inmigración en los salarios o el impacto de la educación en los salarios.

Los profesores Angrist e Imbens desarrollaron un marco metodológico para derivar de experimentos naturales conclusiones más precisas sobre las relaciones causa-efecto. En conjunto los aportes de este trío de economistas han contribuido a mejorar sustancialmente la capacidad de los investigadores de “responder preguntas causales de gran importancia social y económica usando datos observados”.

Precisamente por los resultados de un trabajo pionero de Card, junto a Alan Krueger -que estableció que un aumento de salario mínimo en Nueva Jersey no afectó el nivel de empleo- muchos observadores han afirmado que este Premio Nobel es un reconocimiento a ese resultado que contradijo la teoría convencional. Más allá de eso, como lo afirma la Real Academia de las Ciencias de Suecia, los ganadores de 2021 avanzaron en el abordaje empíricos de los experimentos naturales y en los marcos metodológicos para interpretar mejor esos diseños experimentales para abordar problemáticas centrales de la economía y la sociedad.

Esta forma de generar conocimiento, reconocida con el Nobel, le ha abierto la puerta en estas décadas a más economistas e investigadores de otras ciencias sociales a buscar respuestas a cuestiones claves como la evaluación de impacto de programas sociales o el diseño de iniciativas educativas o de habilidades para el trabajo desde los diseños experimentales y en reconocer también sus limitaciones.

FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
framir@portafolio.co
Twitter: @pachomiranda

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