Elon Musk, el hombre más rico del mundo, volvió a generar polémica esta semana, y no por su publicitado proceso de adquisición de Twitter. Esta vez el dueño de Tesla envió una comunicación a sus empleados en los que los obliga a “estar en la oficina un mínimo” de 40 horas a la semana o “se deberán ir” de la compañía. Musk, con una sonora voz en redes sociales, ha puesto globalmente sobre la mesa el espinoso tema del teletrabajo.
La pandemia del coronavirus introdujo drásticas transformaciones en el entorno laboral alrededor del mundo. En medio de cuarentenas generalizadas y sin la certidumbre de un regreso a las oficinas y fábricas, las empresas experimentaron masivos desplazamientos de los empleados a sus casas desde donde desempeñaron sus funciones vía digital.
Los beneficios que generó el trabajo desde casa, incluyendo aspectos de transformación digital, permitieron al sector privado mantener algún grado de operación y actividad en medio de los confinamientos.
No obstante, el retorno a la presencialidad ha empujado a los directivos de las compañías a establecer el balance apropiado entre trabajo presencial y otras modalidades como teletrabajo, trabajo remoto y trabajo en casa. Por ejemplo, en la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la Andi de abril pasado 20% de las empresas no había decidido la modalidad y solo 9,3% aplicaría teletrabajo.
Lo cierto es que, aún en medio de la pandemia, no todos los empleos son igualmente ‘digitalizables’ o susceptibles de desempeñarse de manera remota o desde casa. Sectores como el de restaurantes, servicios con atención al público, turismo, transporte, alojamiento y entretenimiento, fábricas y talleres requieren de un personal cara a cara con sus clientes y presencial en la prestación.
En conclusión, la invitación a las empresas es a construir el mejor equilibrio posible para una nueva normalidad poscovid donde quedó demostrado que muchas actividades pueden desempeñarse desde casa.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
framir@portafolio.co
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