Mientras Bogotá transita un nuevo ciclo de cuarentenas sectorizadas y hacia otro fin de semana de confinamiento total, crecen los llamados de atención a los impactos sobre el aparato económico de la capital de la República. El más reciente reporte del Observatorio para el Seguimiento de la Atención de la Emergencia y Reactivación de Bogotá hace un diagnóstico de la situación crítica que atraviesa la ciudad en medio de este segundo pico de contagios del coronavirus.
El informe del observatorio- integrado por la Andi, la Cámara de Comercio de Bogotá, ProBogotá y los centros de estudios económicos Anif y Fedesarrollo- recoge las difíciles consecuencias que las medidas sanitarias contra el covid-19 han generado en la economía capitalina. El año pasado las cuarentenas y demás medidas restrictivas produjeron la mayor pérdida de empresas y de empleo formal en una década. Los datos son preocupantes y ameritan atención. La capital del país perdió en 2020 el 12 por ciento de las empresas activas y la estimación de la contracción del PIB bogotano es de un 6,4 por ciento. Los efectos de esta crisis no solo competen a la ciudad, ya que la capital aporta alrededor del 25 por ciento de la actividad económica de la Nación.
Más allá de caer de nuevo en la falsa disyuntiva entre la salud y la economía, este diagnóstico del observatorio invita a que esas inevitables medidas orientadas a “controlar y mitigar el contagio del covid-19” que toma el Distrito Capital estén acompañadas de iniciativas destinadas a la reactivación de las actividades productivas del empresariado formal de todos los tamaños.
Ni la administración distrital, ni las empresas bogotanas, ni los ciudadanos capitalinos, pueden olvidar los severos impactos sociales y económicos de las cuarentenas impuestas el año pasado. Tanto el fortalecimiento del rastreo estricto como la atención a la población informal y el despliegue más eficaz de la cultura ciudadana son recomendaciones que deben ser atendidas.
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