Una de las conclusiones más relevantes que dejó el primer aniversario del Plan Nacional de Vacunación fue la necesidad de acelerar el ritmo de la inmunización infantil. Si bien más de 33,3 millones de colombianos ya tienen aplicado el esquema completo, en el rango de edad de tres a 11 años se presenta un importante rezago. De los 7,12 millones de niños, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, alertó hace pocos días que alrededor de 2,9 millones de menores siguen sin siquiera la primera dosis.
A pesar de que al principio de la pandemia creció la concepción de que los infantes eran “inmunes” a la enfermedad, eso no es cierto. De hecho, las autoridades han tenido que registrar el doloroso y trágico hecho de pequeños fallecidos por covid-19. Las cifras oficiales reflejan que aproximadamente el 60 por ciento de los niños y niñas entre tres y 11 cuentan al menos con una dosis contra el coronavirus y un tercio reporta el esquema completo.
Las diferencias regionales en este nivel de inmunización infantil llaman la atención. Mientras que una ciudad como Barranquilla cuenta con la mitad de sus pequeños inmunizados, el departamento de Valle del Cauca solo alcanza al 20 por ciento y el Chocó va en 16 por ciento.
Tanto el retorno de la presencialidad total en el sistema educativo como el levantamiento del uso obligatorio de tapabocas en espacios abiertos ha elevado la urgencia de cerrar la brecha de vacunación en el bloque etario de los menores de edad.
Aunque el Ministerio de Salud y las autoridades sanitarias ya están enfocados en desplegar la estrategia para la inmunización de los niños, este es un esfuerzo social que no tendrá éxito sin el compromiso y apoyo de los padres de familia.
Colombia cuenta con un valioso recorrido en los programas de vacunación infantil que ha ganado la confianza de millones de hogares. Las vacunas en los niños protegen y salvan vidas.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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