El informe de Estadísticas Vitales del Dane con corte al primer trimestre de este año muestra unos resultados en natalidad que merecen la mayor atención. En 2022 Colombia registró un total de 570.355 nacimientos, una caída de 7,5 por ciento con respecto al año anterior, y en los primeros tres meses del 2023 el descenso fue de 7,9 por ciento frente al mismo período del año pasado. Estos datos ratifican una tendencia a la baja que se viene presentando desde 2017 cuando se reportaron poco más de 656 mil.
Esta reducción en la natalidad se registró en 2022 en prácticamente todos los departamentos del país, con excepción de las islas de San Andrés y Providencia. Tanto los nacidos de madres inmigrantes de Venezuela como las de madres adolescentes reportaron asimismo descensos. El año pasado, las mujeres en edades entre 10 y 14 años y entre 15 y 19 años registraron las disminuciones más pronunciadas, lo que constituye una noticia positiva.
Estas estadísticas oficiales reflejan un fenómeno que no es ajeno a la sociedad colombiana: las mujeres están teniendo cada vez menos hijos. De hecho, la tasa bruta de natalidad del país marcó 11 nacidos vivos por cada mil habitantes, una reducción del 18 por ciento con la tasa de 13,5 reportadas en el informe del Dane correspondiente a 2018. No son pocas ni menores las consecuencias tanto sociales como económicas que desata en un país como Colombia una marcada tendencia a una menor natalidad.
Estas cifras constituyen un testimonio de los aumentos en educación y en participación laboral de las colombianas, así como mejores accesos a la contracepción y una decisión de posponer la maternidad por razones económicas. La otra cara de un futuro con muchos menos bebés impacta en la relación estrecha entre los jóvenes en el mercado laboral y la sostenibilidad del sistema de pensiones -hoy con una reforma de sus normas en discusión-.
Los efectos se sentirán en las decisiones de política pública con una inclinación a las necesidades de una población adulta mayor, con mucho mayor esperanza de vida, en un probable detrimento a las urgencias de la juventud. Estas son tendencias a las que hay que prestar atención.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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