Francisco Miranda presentó en su editorial, de manera muy acertada, cómo los temas ambientales y sociales son cada vez más reclamados por los ciudadanos, en tanto constituyen aspectos determinantes para la toma de decisiones de clientes y consumidores, impactando directamente la reputación de las compañías y, en consecuencia, su valor.
Agregaría que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son, en términos prácticos, la ruta para la incorporación de la sostenibilidad en las estrategias de negocio de las empresas, la herramienta de seguimiento y monitoreo al cumplimiento de las metas por parte de los ciudadanos y el lenguaje común para que todos entendamos hacia dónde debemos ir.
Uno de los cambios más importantes que trajo esta agenda de sostenibilidad es la ruptura del paradigma de desarrollo sostenible predominante hasta el momento. Los ODS parten del reconocimiento de la necesidad de que todos seamos parte de este proceso. No se dividen las responsabilidades, todos tenemos la obligación de sacarlos adelante: empresas, gobiernos y cada uno de nosotros como ciudadanos.
Los ODS son el plan y la narrativa común para trabajar articuladamente por un mundo más justo, equitativo e incluyente, basado en el progreso social, el crecimiento económico y la protección del ambiente, partiendo de la gran premisa de que solo a través del trabajo mancomunado lo lograremos.
Tenemos en nuestras manos una herramienta muy potente. Sin embargo, hoy, después de casi 7 años de su aprobación y puesta en marcha, aún nos falta mayor agilidad en la implementación.
Los ODS deben convertirse en la herramienta definitiva para que los ciudadanos podamos medir y demandar mayores compromisos y acciones de las organizaciones, las empresas y las autoridades de todo nivel.
Nos pusieron a todos en la misma página. Sin importar en qué lugar del globo nos encontremos, contamos con el consenso sobre los conceptos y con la línea base sobre los aspectos fundamentales para avanzar. Esto nos permite caminar en la misma dirección para alcanzar las metas propuestas a 2030.
Nos quedan ocho años que, como estos primeros siete, se pasarán muy rápido. Por eso debemos, cuanto antes, actuar de manera articulada y decidida.
Las iniciativas que impulsemos desde los diferentes sectores económicos deben contribuir al avance hacia esa meta global. En Diageo, a través de nuestra visión Society 2030, estamos firmemente comprometidos con la sostenibilidad a partir del impulso del consumo responsable de alcohol, la diversidad y la inclusión en el país, y la sostenibilidad ambiental.
El tamaño de los desafíos nos exige avanzar mediante la generación de sinergias y alianzas efectivas, no podemos hacerlo solos, ni de manera aislada. Todos, independientemente, del sector en el que nos encontremos, estamos llamados a cumplirles a las actuales y futuras generaciones, a quienes para el año 2030, debemos poderles mostrar un escenario mucho más optimista sobre el futuro del planeta.
CARLOS ORTIZ
Director de Relaciones Corporativas de Diageo
