En medio de todos los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero los países y organizaciones avanzan en diferentes alternativas que permitan aportar en este sentido. Una de las opciones que se han analizado ha llamado la atención: extraer carbono del oceáno.
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¿Cuál es el objetivo detrás de esta idea? Los mares y océanos son grandes depósitos de carbono, aunque cada vez han perdido más su capacidad para captar este gas de efecto invernadero. Esta técnica, que está en evaluación, busca establecer si al retirar el carbono almacenado los océanos podrían captar más.
Una analogía para este proceso sería escurrir una esponja para que esta pueda absorber de nuevo agua. Si bien no es una hipótesis que haya sido ya probada, sí está en proceso de establecer su efectividad.
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El proyecto está en manos de Captura, una empresa del Instituto de Tecnología de California, que se propone una planta similar a una de desalinización, que toma agua del océano, guarda una parte, que bombardea con electricidad. Este proceso logra dividir en dos partes el líquido, una que es ácida y otra alcalina.
La parte ácida es reintroducida en el agua reservada, lo cual genera una reacción que produce que el dióxido de carbono "burbujee" en unos tanques de almacenamiento. Posteriormente la parte alcalina se une de nuevo con el agua ácida y enviarla al océano.
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De esta forma, el agua que se devuelve tiene una menor concentración de CO2 y podrían absorber de nuevo los gases de efecto invernadero.
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