En 2022, 175 países votaron por un instrumento internacional para abordar el ciclo de vida completo del plástico, desde su producción hasta su eliminación para combatir la contaminación plástica que afecta el planeta.
Tras dos años de trabajo continuo, liderado por la Fundación Ellen MacArthur y WWF, más de 220 empresas, organizaciones no gubernamentales (ONG) y entidades financieras globales se han unido en la Coalición Empresarial por un Tratado Global para los Plásticos.
Este grupo ha emitido un llamado urgente a los gobiernos para formalizar un tratado global con medidas obligatorias que frenen la polución. En noviembre habrá una nueva reunión en Corea y se espera un acuerdo que sea ratificado en 2025. Las aspiraciones de la Coalisión, las explicó Pedro Prata, oficial de políticas para América Latina y el Caribe en la Fundación Ellen MacArthur y vocero de la Coalición Empresarial por un Tratado Global para los Plásticos.
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¿Cuál es el origen de la Coalisión?
Nosotros, la Fundación Ellen MacArthur, somos la organización con más reconocimiento en la formulación de la economía circular. Una de las cadenas en la que más trabajamos desde es exactamente en la del plástico porque representa muy bien lo que es la economía circular y porque vivimos una crisis global de polución y contaminación por plásticos en los ecosistemas y en los océanos. En 2018 hicimos una alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y convocamos las empresas globales para lograr un compromiso global y voluntario contra la polución. Están empresas como Nestlé, Coca-Cola, Unilever, PepsiCo, entre otras.
¿Y cómo avanzaron?
Ese compromiso existe hasta hoy y tiene retos, pero también números muy positivo|. Pero llegamos a la conclusión con las Naciones Unidas y con las empresas que solamente medidas y decisiones voluntarias no serían suficientes para enfrentar o combatir la polución plástica. Por eso abrimos la discusión sobre un Tratado global contra la polución plástica que fue aprobada en Naciones Unidas en 2022.
Y luego, llamamos de nuevo a las empresas para construir la coalición empresarial en la que hoy están 240 compañías de todo el mundo que piden a los gobierno un tratado contra la polución plástica. Es algo muy innovador porque, generalmente, los tratados y las regulaciones tienen de un lado a la industria y de otro a los ambientalistas. Nosotros estamos ahora haciendo algo muy nuevo que es reunir empresas muy grandes que están hablando a los gobiernos. Queremos una regulación ambiciosa
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¿Qué han hecho las empresas contra la polución plástica que les permita ahora pedir medidas a las autoridades?
Es un grupo muy heterogéneo de empresas y cada una tiene su propia realidad. Hay casos diferentes pero, en general, la discusión entre ellas gira en torno a cómo rediseñar los productos para que no generen polución plástica superando lo que se hacía antes que era resolver este problema solamente con el reciclaje que, aunque es fundamental, la realidad nos muestro que no es suficiente ni efectivo. Pero también necesitan de regulaciones y reglas globales unificadas para que lo puedan hacer y para que exista un mercado que sea competitivamente más alineado.
¿Cómo ha sido la discusión con los gobiernos?
La Asamblea del Medio Ambiente de la ONU aprobó por cinco grandes reuniones para la discusión de tratado. La primera fue en Uruguay en de 2022, la segunda en París, después en Kenia, luego en Canadá y, ahora, la última, será en Corea del Sur. Son reuniones con todas las delegaciones del mundo y partes interesadas como empresas, ambientalistas, industria petroquímica, academia, empresas. Las delegaciones se reúnen para llegar a un tratado que beneficie a todos. Hay países muy ambiciosos, como Colombia que está muy abierto a la discusión, y otros países muy resistentes.
¿Qué piden exactamente?
Son cinco grandes temas. Primero, que haga un alineamiento global sobre los tipos de materiales plásticos que son dañinos para la salud humana y que no podemos usar más. . Y también en ese primer punto, los plásticos que son evitables. Por ejemplo, un vaso. El segundo punto tiene que ver con el diseño circular de productos. La idea es que haya un reglamento general en esa materia. Y el tercer punto es cómo podemos crear sistemas grandes y eficientes de reuso de plástico. Es fundamental y es un punto que debe tener reglas globales y que para las empresas tiene muchísima importancia.
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¿Y los otros dos aspectos que solicitan?
El cuarto punto es un alineamiento global sobre un mecanismo de financiación fruto de responsabilizar financieramente las empresas y la cadena que pone plástico en el mercado para que se financien esos procesos, especialmente de reciclaje. La idea es que sea un incentivo para que haya una menor producción. Si producen menos, pagan menos. Y el quinto y último gran punto es sobre la gestión de residuos. Por ejemplo, no debería aceptarse más que Europa exporte su basura para países de África o América Latina como hace hoy.
¿Algo sobre este tema se tratará sobre esto en la COP16, en Cali?
Sí hay una relación muy estrecha entre la contaminación plástica y el cuidado de la biodiversidad. Hablamos que hoy la contaminación plástica es un gran problema de la biodiversidad, en especial en los océanos. Entonces tenemos un sistema que es muy integrado, porque al mismo tiempo que enfrentar la contaminación plástica, hacemos bien a las personas también hacemos bien a las especies y para la biodiversidad del mundo.
Lo otro es que hoy, el plástico como producimos, es básicamente de combustibles fósiles que impactan muy directamente la biodiversidad global. Por eso es importante transitar a materiales que no sean de combustible fósil.
Por ejemplo podemos tomar la decisión de cambiar, hay que tener una producción de materiales alternativos como papel que sea regenerativo a la naturaleza y no que destruya impacte la biodiversidad.
CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
Periodista de Portafolio
