La pérdida de la biodiversidad para Colombia representa uno de los mayores riesgos en materia de políticas públicas y cuidado de la sostenibilidad del país. Si bien la nación cuenta con una riqueza de fauna y flora, lo cierto es que si no hay medidas el cambio climático será una de las mayores amenazas para la conservación de aquí a 2050.
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El más reciente reporte BIO del Instituto Humboldt detalla que entre 2041 y 2060 se proyecta que las zonas altas de Colombia, en los Andes, es decir, la Sierra Nevada de Santa Marta, y la Amazonía, serán las de mayor vulnerabilidad de las especies endémicas debido al cambio climático.
Adicionalmente, destaca que las aves son el grupo más susceptible al cambio climático, pues el 78% de ellas están altamente expuestas a las transformaciones de los fenómenos climáticos. El instituto detalló que las regiones del país más vulnerables serían la Amazonía con 168 especies, la zonas altas de los Andes con 154 y la Orinoquía con también 154 especies.
“En algunos casos la aplicación de modelos de distribución de especies y modelos ecofisiológicos indican que cambios en la temperatura y precipitación producen cambios en las abundancias de las especies, los sitios donde habitan o incluso su extinción”, afirman.
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De igual manera, el documento indica que este tipo de cambios en la biodiversidad implican modificaciones de los ecosistemas y con ello se lleva a la pérdida de servicios ecosistémicos.
Ahora bien, a pesar de que las aves serían uno de los grupos más afectados, las especies endémicas también se encuentran en riesgo, pues, las variables del cambio climático, más la deforestación, incrementa la vulnerabilidad de este tipo de especies en el país.
Dentro del estudio se analizaron las especies con mayor vulnerabilidad en el país, arrojando que de 280 anfibios caracterizados, en promedio 6,1 se encuentran en riesgo. Asimismo, para el caso de las aves, de las 37 especies, un 5,2 está vulnerable. En reptiles 4,7 de 23 especies, mamíferos 4 de 29 estudiadas y en plantas 3,2 de 43 especies.
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Biodiversidad
Además, si se detalla la afectación por zonas, la Región Andina concentra la mayor vulnerabilidad como cuenta de su alta riqueza de este tipo de especies. “Sin embargo, las especies endémicas en la Orinoquia y la Amazonía también podrían ser afectadas para el año 2050 por los cambios abruptos de precipitación y temperatura como consecuencia del cambio climático”, destacan.
Por otra parte, uno de los mayores peligros entre 2030 y 2050 se consolida en el aumento de la distribución potencial de las especies exóticas. En este caso, la concentración se daría en las zonas altas de los Andes, afectando a las especies nativas de la región.
“Con la información disponible en 2022 de registros para 518 especies exóticas, 131.148 registros a nivel nacional, se evidenció una concentración de especies exóticas de fauna y flora en la Región Andina”, dicen.
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La discusión del cambio climático y los retos que representan para la biodiversidad radican en que las especies deberán adaptarse a las nuevas condiciones climatológicas o desplazarse para encontrar las necesarias para su supervivencia.
Por esto, los retos para la conservación de la diversidad biológica colombiana durante el siglo XXI se centran en que, por ejemplo, las zonas donde el clima cambie menos tienen mayor potencial de albergar en el futuro las especies que ya las habitan.
Sin embargo, la afectación principal se evidenciará en las zonas bajas, pues en la medida que se transformen las condiciones climáticas, las especies que las habitan tendrán que desplazarse mayores distancias que aquellas que están presentes en las montañas.
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“Al usar modelos de distribución de especies, se determinó el nicho climático de 1.922 especies de vertebrados y plantas vasculares, y se identificaron áreas estables de distribución bajo cinco escenarios de cambio climático para 2050 que simulan la respuesta del sistema de clima global al incremento de concentración de los gases de efecito invernadero”, señalan.
Además, el análisis indica que los biomas de tierras bajas para cerca de un 80% de las especies actuales no se traslapa con distribución proyectada en los escenarios de cambio climático, lo que implica que estas especies deberán dispersarse o adaptarse a unas nuevas condiciones. “En contraste, un menor porcentaje de especies (0 a 40%) necesitarán de estas capacidades en los biomas de montaña para enfrentar el cambio climático”, dicen.
El documento predice para el 2040 una afectación del 100% en los helobiomas y pedobiomas andinos, en los bosque tropicales del Catatumbo y del Magdalena Medio y en los peinobiomas del Caribe y en los litobiomas amazónicos.
Esto, debido a que los cambios de clima, en sinergia con otros motores de transformación, ya han comenzado a ejercer una presión adicional sobre la biodiversidad, pues, fenómenos climatológicos como El Niño, impacta las épocas de reproducción de animales y plantas.
Biodiversidad
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Si bien muchas acciones convergen como respuesta para dar solución a la pérdida de la biodiversidad, el informe incluye algunas de las propuestas que se deberían hacer como país para ponerle frente a las afectaciones del cambio climático.
En ese sentido, el Instituto Humboldt manifiesta que dada la importancia de los humedales en términos de biodiversidad, se debe plantear un monitoreo sistemático, teniendo en cuenta que en la última década el 24% de estos ha sido transformado.
Igualmente, se deben tener sinergias entre biodiversidad, servicios ecosistémicos, adaptación al riesgo y mitigación del cambio climático, integrándolas en la planeación para la conservación que permitirá evaluar el cumplimiento del país con los compromisos nacionales e internacionales.
Y finalmente, otra de las alternativas que sugiere el informe es contar con soluciones basadas en la naturaleza para afrontar el cambio climático.
DIANA K. RODRÍGUEZ T.
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