Cuando Succession, de HBO, se emitió por primera vez en 2018, se anunció como el ‘Rey Lear’ moderno. El patriarca Logan Roy, interpretado por Brian Cox, perdió lentamente la cabeza mientras sus hijos y su personal competían por el poder.
(Así quedó la línea de sucesión al trono tras la muerte de Isabel II).
Los salones del trono fueron reemplazados por salas de juntas, y los Gulfstream G650 reemplazaron a los caballos, pero la estructura básica de alianzas, traiciones y disputas internas era muy parecida a como la escribió Shakespeare.
Bajo esta trama moderna, se estrena este domingo 26 de marzo la última temporada de la serie, que promete adentrarse en aguas desconocidas, con tres de los cuatro hijos de Roy atrapados en Los Ángeles.
Todo indica que la multimillonaria pelea familiar por el poder se pone más intensa.
La serie, que se adentra en la mente de multimillonarios, es una recreación perfecta de las realidades sin esfuerzo y oscuramente deprimentes de los ricos globales.
Succession se ha dedicado a mostrarnos un poco de ese mundo extraño de los gerentes y ejecutivos de las grandes corporaciones, en el que nadie saca una billetera o paga un taxi o toca efectivo. El dinero, en otras palabras, básicamente ha trascendido.
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Para el actor Nicholas Braun, Succession es un reflejo muy potente de las relaciones familiares mediadas por los asuntos económicos de alto nivel, pero al pensar de una manera sencilla el concepto que encierra la cuarta temporada y que anuda toda la tensión que ha configurado la trama en toda su historia no lo piensa dos veces y reconoce que “la mejor palabra para definir lo que compone esta despedida es caos".
Su punto de vista da pie a un detalle importante en esta etapa de Succession en la que también se enfatiza en la relación del poder económico y la política. No en vano, Logan Roy se está jugando su última carta para mantener su atesorado canal de TV ATN, fuera del trato con el nuevo dueño Lukas Matsson. Todo esto, con la intención de conservar algo de poder de influencia y usar este medio de comunicación como herramienta de cara a las elecciones presidenciales de los EE. UU., en las que seguramente y a pesar de que el camino ha sido muy complicado, Connor Roy siente que puede llegar a ser protagonista. Al final el poderoso principio de esta producción es que la familia Roy responde a una contradicción que puede ser una constante en las esferas sociales en las que mueve: ‘Lo tienes todo, pero a la vez careces de un verdadero vínculo de amor o amistad'.
Lo interesante va a ser cómo se cierra el destino de Kendall, Shiv y Roman no parecen estar listos para manejar el poder que tanto han deseado, algo que la serie siempre se ratificado, sumado a que parecen no tener en mente las consecuencias de sus decisiones para seguir en la danza del poder.
Con información de agencias
