El consumo de alcohol tiene un impacto considerable en el organismo humano, y sus efectos pueden variar dependiendo de la cantidad ingerida, la frecuencia de consumo y las características individuales de cada persona, como por ejemplo, la edad.
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En primer lugar, el alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central. A corto plazo, puede generar sensaciones de relajación y euforia, y disminuir las inhibiciones. Sin embargo, en dosis elevadas, provoca alteraciones en la coordinación, el juicio y la memoria. A largo plazo, el abuso de alcohol puede causar daños cerebrales, trastornos cognitivos y dependencia.
El hígado, que se encarga de metabolizar el alcohol, es otro de los órganos más afectados. El consumo crónico puede llevar a enfermedades hepáticas, como el hígado graso, la hepatitis alcohólica y la cirrosis, condiciones que pueden ser mortales y comprometer gravemente la función hepática.
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Estos dos efectos tienen más impacto en las personas mayores. Por un lado, las alteraciones en la coordinación pueden provocar caídas que podrían resultar mortales para los ancianos o podrían causar lesiones graves. En cuando a los problemas con el hígado, este es un órgano que, con los años, va perdiendo fuerza y no puede procesar los líquidos de igual manera, lo que hace más vulnerable a la persona frente a las enfermedades.
Su efecto en los diferentes sistemas
Cuerpo humano
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En el sistema cardiovascular, el abuso de alcohol puede resultar en hipertensión, arritmias y un aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Mientras que, en el sistema digestivo, el alcohol irrita el revestimiento del tracto gastrointestinal, lo que puede llevar a gastritis y úlceras, además de interferir con la absorción de nutrientes esenciales, generando deficiencias nutricionales.
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El impacto del alcohol en el sistema inmunológico es igualmente preocupante. Su consumo excesivo debilita las defensas del cuerpo, aumentando la vulnerabilidad a infecciones y enfermedades. Esto se debe a que el alcohol puede alterar la producción y función de las células inmunitarias.
Además, el consumo de alcohol se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo cáncer de boca, garganta, esófago, hígado, colon y mama. Este riesgo aumenta proporcionalmente con la cantidad y la frecuencia del consumo.
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El consumo de alcohol y la salud mental
Depresión
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En cuanto a la salud mental, el alcohol tiene un efecto notable. Aunque muchas personas lo utilizan para aliviar el estrés, su consumo puede contribuir a trastornos como la ansiedad y la depresión, además de interferir con la eficacia de los tratamientos para estas condiciones.
Además, según la Clínica Mayo "con el paso del tiempo, tomar demasiado alcohol puede cambiar el funcionamiento normal de algunas áreas del cerebro asociadas con la experiencia de placer, el razonamiento y la capacidad de controlar tu conducta. Eso podría ocasionar un fuerte deseo de tomar alcohol para intentar recuperar los sentimientos positivos o disminuir los negativos".
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Por otro lado, el Ministerio de Salud de Colombia, afirmó que "entre las consecuencias del consumo de alcohol en la salud se encuentran las relacionadas con los trastornos por consumo severos (adicción o dependencia) en personas que experimentan uno o más síntomas de un problema de salud mental. Las personas con problemas de salud mental pueden abusar de esta sustancia como una forma de automedicación complejizando de diversas formas las problemáticas asociadas".
El consumo de alcohol en cifras
Alcohol
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Según el Ministerio de Salud de Colombia, "en el 2016, casi uno de cada 12 adultos (8,2%) en Latinoamérica reunía los criterios de un trastorno por consumo de alcohol, lo que es casi el doble del promedio mundial (5,1%). Así mismo, el alcohol fue la causa de más de 379.000 muertes en el 2016, lo que equivalió a aproximadamente una vida perdida cada 100 segundos. Los tipos de muertes atribuibles al alcohol que cobraron el mayor número de vidas fueron el cáncer (83.351), la autoagresión y la violencia interpersonal (65.880) y los trastornos digestivos (62.668)".
El mismo informe afirma que se identificó que con respecto al consumo de alcohol o bebidas alcohólicas, el 84% de las personas de 12 a 65 años informaron haber consumido alguna vez en su vida; siendo Boyacá (92,9%) y Risaralda (92,5%), las prevalencias de consumo de vida más altas en relación con la tasa nacional de consumo de alcohol, que es el 84%.
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En cuanto al consumo de riesgo en Colombia se estimó que equivale a 1.461.000 personas, de las cuales 1.023.000 son hombres y 438.000 son mujeres. Frente al patrón de dependencia se estimó que un 1,2% de la población de Colombia entre 12 y 65 años de edad está en presencia o en el inicio de una dependencia de alcohol, es decir, cerca de 280 mil personas. De éstas, casi 217 mil son hombres y 63 mil son mujeres.
Los mayores porcentajes de adicción se presentan en la población entre 18 y 34 años, y en los estratos socioeconómicos 1 y 2.
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