Un gato siamés de 2 años llamado Rayne Beau (en alusión a la palabra “rainbow”, que significa arco iris en inglés), se convirtió en el protagonista de una historia increíble al ser encontrado, casi dos meses después de haberse perdido, gracias a un microchip que llevaba en su collar.
¿Cómo fue el viaje?
La travesía comenzó en junio, cuando Benny y Susanne Anguiano llevaron a sus dos gatos a un viaje en campamento en el Parque Nacional de Yellowstone y se enfrentaron a una situación angustiante: de pronto Rayne Beau se adentró en el bosque y desapareció.
A pesar de buscarlo durante cinco días en las cercanías del Fishing Bridge RV Park, una zona de bosques donde habitan depredadores como osos pardos y coyotes, el matrimonio tuvo que tomar la decisión de volver a su hogar sin su mascota.
En una entrevista a NBC News, Susanne reveló que su otra gata, Starr, hermana de Rayne Beau, maulló desconsolada durante todo el viaje de regreso. “Ese fue uno de los días más difíciles porque sentí que lo estaba abandonando”, señaló.
Mientras conducían a su casa, un doble arcoíris apareció en el cielo al cruzar Nevada. Según Susanne, aquello fue una señal. “Sentí que Rayne Beau estaría bien”, recordó en un mensaje de texto.
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Rayne Beau junto a su dueña
Fuente: CNN en Español
El regreso de Rayne Beau
Pero casi dos meses después, Rayne Beau fue hallado vagando por las calles de Roseville, California, tres horas al norte de donde viven los Anguiano y a 1287 kilómetros de donde se había perdido en Yellowstone.
La emisora local KSBW informó que un trabajador de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales identificó al gato por su microchip, lo que permitió localizar a su familia.
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La pareja se mostró sorprendida y emocionada por la hazaña de su mascota y sospechan que pudo haber conseguido un aventón durante su travesía. Susanne afirmó que “era un gaot muy listo” y contó que desde que era muy pequeño mostró una personalidad curiosa y aventurera.
Cuando finalmente se reunieron con su querido felino, Rayne Beau había perdido un 40% de su peso, y aunque al principio estaba inquieto en su transporte, una vez lo soltaron en el coche se calmó de inmediato. “Me miró, bajó la cabeza y se quedó profundamente dormido. Estaba agotado”, dijo Susanne.
