A tan solo 104,53 millones de kilómetros del planeta tierra, un grupo de investigadores de China y Bélgica revelaron un recubrimiento de diamantes de hasta 11 millas de grosor, que podría estar bajo la superficie del vecino, Mercurio.
(Vea: Le decimos cuál es la playa más turística y visitada de Colombia)
Y aunque suena increíble, los investigadores aseguraron que la cubierta de diamantes pudo haberse generado durante la formación del planeta, que fue hace aproximadamente 4.500 millones de años.
De hecho, sostienen que este planeta, uno de los más pequeños del sistema solar, se formó tras la colisión de una nube de polvo y gas en un ambiente de alta temperatura, por su cercanía al sol y una presión elevada.
(Lea: Los signos a los que les irá mejor en el dinero en agosto, según Mhoni Vidente)
Incluso, se estimó, gracias al tránsito del planeta entre la tierra y el sol, un fenómeno que ocurre 13 veces cada 100 años, que Mercurio tenía una corteza de grafito, que se consolida como un tipo de carbón, elemento del cual se crean los diamantes.
Vale la pena detallar que para la verificación de la teoría, los científicos recrearon las condiciones que propiciaron el planeta, mezclando elementos como silicón, titanio, magnesio y aluminio dentro de una cápsula de grafito y aplicaron altas temperaturas y presiones a los compuestos.
(Vea más: Los alimentos que le ayudarán a fortalecer los huesos al envejecer)
Diamantes
iStock
Jorge Pérez, astrónomo residente de “Frost Science”, le dijo a Univisión que en la búsqueda de exoplanetas, es decir, de planetas diferentes a los que hay en el sistema solar, es importante también prestar atención a los que ya se conocen y además ver cómo ellos pueden influenciar las formas en las que se van a estudiar los que están en descubrimiento.
(Vea: Tres animales que ayudan a detectar enfermedades y muy pocos saben)
Otro de los datos curiosos que se destacaron, fue el posicionamiento de la órbita de ese planeta. Es así que los científicos han identificado, que a diferencia de la de La Tierra, la órbita de Mercurio se encuentra inclinada, lo que provoca no se encuentre con frecuencia entre nuestro planeta y el Sol.
