Afecta a 4 de cada 10 personas en todo el mundo, y es el motivo por el que más trasplantes suelen hacerse. Detectarlo no es nada simple, por lo cual, muchas veces el diagnóstico llega cuando es demasiado tarde. La enfermedad no alcohólica de hígado graso o también denominada MASLD requiere de mucha atención y por eso, es importante seguir algunos consejos.
¿Cómo detectarlo?
Según la reconocida Clínica Mayo de Estados Unidos, esta enfermedad “está volviéndose más común, especialmente en los países occidentales y de Oriente Medio, con el aumento del número de personas con obesidad”.
Por otra parte, “los expertos no saben con exactitud por qué la grasa se acumula en algunos hígados y en otros no. Tampoco logran comprender del todo por qué algunos hígados grasos pueden derivar en una esteatohepatitis no alcohólica”, sostiene la página, aunque de todas han encontrado posibles explicaciones.
Posibles razones
La mala alimentación, el consumo de alimentos procesados, la falta de actividad física y la ingesta de alcohol, han hecho de esta situación, un cuadro alarmante. También se cree que puede ser por genética, resistencia a la insulina, niveles altos de triglicéridos o de glucosa.
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Enfermedad del hígado graso no alcohólico
Fuente: IStock
¿Qué síntomas presenta?
Los especialistas sostienen que la enfermedad del hígado graso no alcohólico no presenta síntomas, pero cuando lo hace, pueden ser los siguientes:
- Cansancio
- Malestar general
- Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen
- Falta de aire
- Hinchazón abdominal y de piernas
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¿Cuáles son los factores de riesgo?
En la gran mayoría de los casos hay pequeños grupos que deben prestar mayor atención a las posibles causas y efectos en el cuerpo, por ejemplo:
- Mayores de 50 años
- Personas con obesidad
- Personas con diabetes, presión arterial y factores genéticos.
