El vino es una bebida milenaria que gracias a su sabor y aroma se ha convertido en el acompañante ideal para degustar con una buena comida. De hecho, su popularidad es tal que existe una creencia que dice que su consumo regular puede traer beneficios para la salud.
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Esa idea se ha promulgado debido a que, al igual que el café, esta bebida contiene una amplia variedad de sustancias fitoquímicas que se han asociado a un efecto protector contra la enfermedad cardíaca. Entre esos compuestos se incluye el resveratrol, el cual se encuentra en la piel de las uvas y actúa como antiinflamatorio y antioxidante.
Ahora bien, pese a que esta bebida tiene compuestos que se atribuyen a la mejora de la salud cardiovascular, también incluye un nivel considerable de alcohol. En ese sentido, hay que aclarar que la mayoría de las investigaciones coinciden en que el consumo de vino tinto puede llegar a ser saludable, en tanto se haga de manera moderada y en cantidades apropiadas.
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También es importante considerar el momento del día, en este caso, expertos recomiendan que el momento más apropiado es durante la cena o el almuerzo.
Por esa misma línea, un estudio publicado en la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos hace énfasis en que “no es posible decidir con certeza si el consumo de las distintas bebidas alcohólicas y, en particular, del vino, tiene efectos específicos para la salud”.
En el análisis también indica que no hay que olvidar "el consenso ampliamente compartido de que nadie debería empezar a consumir bebidas alcohólicas por motivos de salud".
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