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15 ene 2018 - 9:33 a. m.

¿Un oso o una abeja?

Algunos empiezan a llamarlo el Armagedón de los insectos o ‘Insectagedon’.

Abeja

Las abejas juegan un rol determinante en el ecosistema; ya que la producción de la alimentación y la biodiversidad mundial depende de ellas. En los últimos años se han visto amenazadas.

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15 ene 2018 - 9:33 a. m.

Es fácil preocuparse por animales lindos y grandes que están en peligro como osos polares, tigres o pandas. Qué triste sería el mundo sin ellos.

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¿Pero a quién le importan los cucarrones, las polillas o las hormigas? La terrible posibilidad de una extinción masiva de insectos es algo que poco se menciona cuando se habla del preocupante estado de nuestro planeta.

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Pensar en las próximas extinciones de invertebrados es confrontar una dimensión diferente de pérdida. Tantos están desapareciendo y ni siquiera sabíamos que estaban ahí o entendimos su importancia.

Para tener una idea de la población de insectos en un bosque tropical de Panamá, un joven investigador decidió cubrir un árbol con plástico y rociarlo con insecticida.

Insectos muertos cayeron en cascada por horas sobre láminas de plástico que había extendido debajo del árbol. Por meses, el investigador contó y clasificó animales los muertos y descubrió que 1.200 especies vivían en ese solo árbol. Más de 100 de estos eran habitantes del arbusto en particular y de ningún otro.

Escalando ese resultado, la conclusión es que hay 41.000 especies diferentes de insectos en cada hectárea de bosque tropical y decenas de millones en todo el mundo. Hasta ahora se han encontrado 16.000 especies de hormigas, por ejemplo.

En todas partes, los invertebrados están amenazados por el cambio climático, la competencia de especies invasoras, los insecticidas y la pérdida de hábitat. Un nuevo informe preocupante de Alemania demuestra una caída del 75 por ciento en las poblaciones de insectos de ese país entre 1989 y 2015.

Muy pocos países han realizado estudios al respecto.

Los insectos han estado en la tierra 1,000 veces más tiempo que los humanos. En muchos sentidos crearon el mundo en el que vivimos porque ayudaron a expandir el universo de las plantas con flores. Para las cadenas de comida terrestres son como el plancton para los océanos.

Hay aproximadamente dos millones de especies de plantas, animales y hongos conocidos por la ciencia hasta el momento. El número de los que faltan por descubrir puede pasar los 100 millones. De esos millones, el 70 por ciento son insectos. Sin embargo, salvo contadas excepciones, a la gente no le gustan porque viven en la tierra o en charcos sucios, o porque pican y son venenosos y transmiten enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla, el dengue y otras afecciones mortales.

Ya se trate de las garrapatas que traen la enfermedad de Lyme, de las feroces moscas negras de los bosques nórdicos o de los minúsculos y molestos jejenes de nuestras costas, mucha gente estaría contenta de ver desaparecer los insectos. Pero no todos son perjudiciales.

Hay algunos estudios recientes rastreando los descensos alarmantes en las abejas domesticadas, las mariposas monarcas y las luciérnagas. Pero pocos han prestado atención a las polillas, moscas, escarabajos, cucarrones e innumerables otras especies que marchan, zumban y revolotean a nuestro alrededor.

Es un hecho desconcertante saber que los humanos tenemos un historial bastante bueno de ignorar a la mayoría de los pequeños y poco carismáticos insectos.

Hasta ahora las investigaciones existentes han sido realizadas en gran parte por naturalistas aficionados como coleccionistas de mariposas y observadores de aves. Es un grupo de entomólogos aficionados el que ha estado midiendo la población de insectos en más de 100 reservas naturales en Europa desde 1980 y fue uno de esos grupos el que detectó la desaparición de los insectos Alemanes.

Los insectos son una gran parte de la biomasa animal de nuestro planeta, cruciales para nuestra supervivencia de muchas maneras, particularmente como polinizadores. En general, somos vagamente conscientes de que las abejas, por ejemplo, que están desapareciendo en inmensas cantidades, son necesarias para muchos de nuestros cultivos.

Las polillas, las mariposas, las moscas y muchos otros pueden ser tan importantes para la polinización como las abejas. Sin ellos, muchos cultivos y especies de plantas se extinguen.

Actualmente, el 80 por ciento de las variedades domésticas de frutas y verduras necesitan insectos para garantizar una buena cosecha. Si bien el viento ayuda la polinización, un árbol frutal polinizado por insectos produce de dos a tres veces más fruta.

Los insectos son parte esencial de la cadena alimenticia de otras especies. Las aves, muchas de las cuales se alimentan de insectos, también vieron una disminución del 15 por ciento entre 1998 y 2009. La falta de aves, a su vez, reduce otras formas de diversidad en un ecosistema.

El trabajo realizado por los insectos en el sector agrícola se estima en un valor de 150 mil millones de dólares a nivel mundial.


Cecilia Rodríguez
Luxemburgo

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