Uno de los efectos más lamentables de la época en la que el costo de vida en Colombia alcanzó niveles nunca antes vistos en la historia, impulsado por un crecimiento económico desmedido, fue el impacto que tuvo sobre las personas de escasos recursos, puesto que el repunte estuvo impulsado por los productos de primer nivel, lo cual se tradujo en una seria pérdida de poder adquisitivo en esta parte de la sociedad.
Una inflación por encima del 13% fue la campana de alerta que llevó al Banco de la República a mover sus tasas de interés para hacer frente a esta problemática, en una batalla que todavía se mantiene y que va bien, pero todavía no se gana del todo, aunque ya deja algunas noticias positivas en el panorama.
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El Centro de Estudios Económicos Anif publicó esta semana una revisión al impacto del Índice de Precios al Consumidor por niveles de ingreso y allí se pone en evidencia que este indicador ya no pega con tanta fuerza entre los más pobres, sino que por el contrario aumenta su presión a medida que crece el poder adquisitivo de los hogares.
“El resultado de inflación mensual se situó por debajo de las expectativas de los analistas consultados por el Banco de la República, donde la mediana de las expectativas era de 0,24% para agosto. En cuanto a la variación anual, la inflación se ubicó en 6,12%, disminuyendo 74 puntos básicos respecto a julio de 2024 (6,86%). Este resultado vuelve a mostrar una senda de disminución de los precios, esperando que los siguientes meses del año continúe disminuyendo”, arrancaron contando.
Colombia.
Milton Díaz
Golpe por estratos
En lo que tiene que ver con el impacto de la inflación en agosto de 2024, Anif contó que mostró un comportamiento diferenciado según el nivel de ingresos de los hogares, ya que los de ingresos altos y la clase media fueron los más afectados, con tasas de inflación anual del 6,15% y 6,12% respectivamente, mientras que los hogares en situación de vulnerabilidad y pobreza presentaron tasas ligeramente más bajas, 6,08% y 6,01%.
“Tres divisiones fueron responsables del 71,9 % del incremento total del IPC anual en agosto. La división de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles lideró este crecimiento con una contribución de 2,65 puntos porcentuales (pp) a la inflación anual total en agosto”, indicaron al respecto.
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Ahora bien, para explicar un poco las diferencias mencionadas, el informe sostiene que la pérdida de presión inflacionaria en los hogares de bajos ingresos se debe principalmente a la desaceleración en los precios de bienes básicos como alimentos, lo que ha beneficiado a estos grupos. A nivel mensual, la variación de precios para los hogares de menores ingresos fue negativa, con caídas de -0,06% a -0,07%, reflejando una mejora en la capacidad de compra para estos sectores frente a los meses anteriores.
Inflación
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Con una inflación anual que cayó al 6,12% y una variación mensual de 0,00%, para Anif las señales son claras de que la presión inflacionaria está cediendo y esta evolución sugiere que el Emisor podría ser más agresivo en sus reducciones de tasas, a un ritmo superior al observado hasta ahora, lo cual incentivaría una mayor reactivación económica en el país.En este sentido recuerdan que en su última sesión, el Banco de la República ya redujo la tasa de interés en 50 puntos básicos, situándola en 10,75%.
Sin embargo, advierten que la marcada desaceleración en los precios de agosto justifica que los recortes futuros podrían ser más significativos y que, por el contrario, mantener las tasas elevadas en un entorno de inflación en descenso podría frenar la recuperación económica.
