Para nadie es un secreto que la pandemia trajo consigo cambios en las dinámicas laborales. Y si bien las industrias ya han retomado sus labores con normalidad, cada vez son más las personas que ya no quieren retornar a los viejos modelos de trabajo. La pregunta es ¿por qué?
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Según explica la escritora Julia Hobsbawm, en un artículo para Bloomberg, ya sea que laboren en grandes, medianas o pequeñas empresas, muchos trabajadores han empezado a cuestionar la llamada 'cultura del ajetreo' en la que el foco está puesto en dedicar más horas al empleo para alcanzar el éxito. Es decir, en ese clásico comportamiento que se engloba en la frase: 'vivir para trabajar'.
Para ejemplificar mejor este punto, Hobsbawm señala que, pese a que la tasa de renuncias en Estados Unidos está en descenso, las cifras se ubican por encima del promedio de la década anterior a la pandemia. Esto sugiere que el fenómeno conocido como la 'Gran renuncia' aún está lejos de desaparecer por completo.
El dato anterior también cobra relevancia cuando se considera que muchas de las normativas empresariales y modelos de gestión que existen a nivel internacional son de origen estadounidense o se han visto influenciados por su ética de trabajo.
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De acuerdo con Hobsbawm, el dejar el ideal de vivir para trabajar y ahora enfocar su atención en factores como el bienestar y la salud mental es un planteamiento que ha ganado fuerza desde la pandemia. Esta idea también se ha visto reflejada en que un gran número de trabajadores considera que puede lograr una mejor calidad de vida en ciudades transitables o menos ajetreadas.
"Ya sea que los desencadenantes individuales de las personas sean la inflación, el cuidado de los niños o los desplazamientos o simplemente el hecho de que el genio de la tecnología del trabajo remoto no puede volver a encerrarse tan fácilmente, las personas se están reubicando porque algo ya no les funciona", resalta.
La autora destaca que alejarse de los centros de las ciudades hace parte de la ruta que están adoptando algunos empleados en su búsqueda por hallar un equilibrio entre su vida personal y laboral.
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De hecho, y retomando el caso de Estados Unidos, un estudio realizado por El Economic Innovation Group reveló que el número de personas que se mudan de estado a estado en el país pasó del 18,8 % al 19,9 % después de la pandemia.
El tema no solo se aborda en materia de traslados, las oficinas también están adaptando sus modelos para satisfacer el deseo de localidad y comodidades en un solo lugar. Además, de prepararse para las necesidades cambiantes de los trabajadores y residentes.
Hobsbawm también menciona que el que cada vez más empleados se cuestionen su filosofía de trabajo abre la puerta a la necesidad de que se introduzcan cambios en las dinámicas para cambiar el paradigma y que cada vez más se piense en 'trabajar para vivir' y no al contrario.
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