Las señales de debilidad que está mostrando el mercado laboral

Si bien el mercado laboral en Colombia está aguantando los embates de la desaceleración y actualmente se ubica en niveles mejores de los que se proyectaron a comienzos de año, este es un frente de la economía que no es ajeno a la desaceleración y de tanto resistir, ya empieza a mostrar señales de debilidad que al futuro podrían desencadenar una mayor tasa de desocupación en sectores específicos de la población.

Los datos observados entre junio y agosto, donde las mujeres y jóvenes fueron los más golpeados por la desocupación, son prueba de que el lento crecimiento del Producto Interno Bruto está llevando a que las empresas, grandes y pequeñas, no estén generando todo el empleo que se está demandando y por culpa de esto se mantengan fuertes algunos indicadores como la informalidad laboral.

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Un reciente informe de Investigaciones Bancolombia sostiene que durante agosto el mercado laboral tuvo una dinámica mixta, con un ligero sesgo pesimista, en la que si bien el país se mantiene por debajo del 10%, al revisar los datos desestacionalizados se aprecia un panorama distinto y con un claro deterioro.

“La tasa de desempleo se mantuvo estable a nivel nacional, mientras que se elevó a nivel urbano, al comparar con julio. En el primer caso, hubo un fortalecimiento proporcional tanto del nivel de ocupación como de la participación laboral, mientras en las urbes fue mayor el incremento de la Tasa General de Participación”, arrancaron contando.

Dicho esto, una primera conclusión para ellos es que la ocupación se mantuvo resiliente, en la medida en que la capacidad del sector productivo de generar ocupación logró absorber, en buena medida, la mayor participación laboral y evitar un deterioro más relevante de la tasa de desempleo.

“A nivel nacional, la tasa de desempleo (serie SA) se mantuvo igual que en julio, en un nivel de 10,0%. Este dato continúa siendo la menor tasa de desempleo desde septiembre del año pasado y confirma una relativa resiliencia que contrasta con el crecimiento reciente del PIB que, aunque se ha recuperado, aún es inferior al potencial”, acotaron.

Dicho esto, advierten que en términos generales, la lectura de este resultado es negativa, en la medida en que evidencia una reducción en la ocupación que sería consecuencia de las necesidades de recorte del gasto que debería adelantar el Gobierno Nacional en el segundo semestre del año y podría dar señales de un menor crecimiento de este macrosector en el muy corto plazo.

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En palabras más sencillas, estos expertos sostienen que el desempleo se ubicó en estos niveles, ya que el número de personas que salieron a buscar trabajo en agosto no fue tan alto como se esperaba y estuvo a la par con la oferta de empleos que presentó el sector productivo. No obstante, deja claro que estos trabajos se generaban en gran medida desde el Estado, lo cual no será posible a futuro.

Por último dejan claro que “el sector de entretenimiento volvió a ser protagonista de la buena dinámica en el total de ocupados. Esta actividad fue la que generó la mayoría de los puestos de trabajo nuevos frente a agosto de 2023, tal que fue el líder en incremento de su cantidad de ocupados, junto a los sectores de comercio, alojamiento y comidas, agropecuario, logística y servicios públicos que lograron contrarrestar la caída en ocupación en construcción, sector público, salud y educación, e inmobiliario”.

Otro punto de vista en estos resultados fue el de José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA y exministro de Hacienda, quien indicó que lo que está sucediendo en materia de empleo en Colombia es lo que había que esperar, dado el crecimiento modesto que ha mostrado la economía y que todavía no hay un plan de reactivación.

“Es un mal resultado de empleo. Como era previsible, cuando un país crece poco, genera incertidumbre en su política con el sector productivo, y adolece de inseguridad, más temprano que tarde se afecta el empleo y con ello el ingreso de las familias”, explicó.

Con base en esto, insistió en que “es urgente el plan concreto de reactivación que, según lo prometido hace varias semanas, debió ser entregado al país hace más de una semana”, al tiempo que lanzó pullas al Gobierno Nacional, al que preguntó “cuánto más tenemos que esperar para que se haga algo realmente efectivo en este momento” e insistió en que si se juega con el empleo, se ponen en riesgo otros indicadores como el de pobreza.

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En positivo se reduce la brecha de desempleo con mujeres (se está creando empleo femenino), pero se aumenta el de jóvenes y preocupa el aumento en desempleo en la región Caribe y Chocó. Bien por Medellín y Bucaramanga donde las apuestas locales de crecimiento están dando resultados de empleo”, sostuvo Restrepo Abondano.

El exministro de Hacienda fue mucho más allá y calificó como “muy preocupante que desde junio de 2023 a hoy, la tasa de desempleo desestacionalizada creció de 8,8% a 10,2%” y se apoyó en este dato para decir que “las cifras de empleo se están deteriorando mes a mes. Viendo estos datos, una mala idea es propiciar la reforma laboral que cursa en el congreso y que se ha señalado genera menos empleo formal y menos productividad”.

Más allá de la dinámica que se observa mes a mes, vale la pena destacar que un punto en lo que coinciden los economistas y centros de análisis es que la tasa de desocupación se mantendrá en dos dígitos hasta el 2026, en el mejor de los casos, puesto que la dinámica económica sólo mejorará hasta el segundo semestre del otro año y siempre esto demora en trasladarse a la generación de empleo.

Entre tanto, los gremios y diversos sectores sociales y políticos insisten en que es necesario poner en marcha cuanto antes un plan de reactivación, que el Gobierno dijo que estaría listo hace dos semanas, pero que al parecer no se daría a conocer completo hasta mediados de octubre, por lo que habrá que tener más paciencia.