La 'Generación Z' fue criada al ritmo de Britney Spears. Crecieron viendo a las 'it girls' como modelos a seguir y vieron la transición de lo análogo a lo digital: conocieron el cassete, el disco, y vieron la llegada de las USB, ipods y reproductores MP4. Se trata de los chicos y chicas nacidas entre el año 1995 hasta 2010.
Con esa descripción, seguro ya sabe de qué grupo etario se trata. Recientemente la firma de contratación española ‘Robert Walters’ estudió y analizó las percepciones de esta generación sobre el mundo laboral. El resultado ha sorprendido a muchos, pues asegura que la ‘Generación Z’ está “dejando de lado conscientemente y evitando los estresantes puestos de gestión intermedia”.
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La empresa española encuestó a 3.600 personas con el fin de conocer las aspiraciones laborales de los jóvenes para que las empresas puedan ‘captar’ sus talentos y habilidades. Los resultados aseguran que “el 72% de la generación más joven de trabajadores dice que preferiría progresar en un puesto como trabajador, que convertirse en un gerente intermedio”.
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Además, los resultados también mostraron que la mayoría de los jóvenes no están muy entusiasmados con la idea de gestionar a otros. Únicamente el 16% de las personas encuestadas afirmó que evitará a toda costa los puestos de mando intermedio. El 36 % de los encuestados dijeron que prevén asumir un puesto directivo en algún momento de sus carreras, pero admitieron que en realidad no quieren hacerlo.
No tiene nada que ver con pereza o no progresar
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No se trata de que no quieran trabajar o liderar. Según la consultora de empleos, la ‘Generación Z’ muestra una clara preferencia por ser su propio jefe, un dato que desafía la percepción tradicional del éxito laboral.
Lucy Bisset, directora de Robert Walters, destaca que estos jóvenes no rechazan el éxito profesional; más bien, buscan dedicar su energía a proyectos que les apasionen y a cultivar su propia marca personal, en lugar de asumir la carga de gestionar a otros.
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Según Bisset, los directivos intermedios enfrentan una carga de trabajo abrumadora, expectativas de estar siempre disponibles y una presión constante para cumplir con sus propios objetivos. Esta realidad parece alejar a la ‘Generación Z’ de los puestos de liderazgo tradicionales, marcando una tendencia hacia un enfoque más individualista y menos jerárquico en el mundo laboral.
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Es decir, el 70% de los encuestados respondió: “Demasiado estrés y poca recompensa. Los directivos intermedios se enfrentan a un aumento considerable de la carga de trabajo, a mayores expectativas de estar ‘siempre disponibles’ para quienes supervisan y a una presión constante para alcanzar sus propios objetivos”.
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