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Andrés Espinosa Fenwarth

El gobierno no quiere gobernar

Sus prioridades sus verdades son cambio climático, el decrecimiento económico, el desestímulo del sector minero energético...

Andrés Espinosa Fenwarth
POR:
Andrés Espinosa Fenwarth

El gobierno del cambio se resiste a gobernar, quizás obnubilado por su obsesión política de estar siempre en la oposición. El presidente Gustavo Petro se siente más cómodo con su activismo político en Twitter y menos como mandatario, jefe de Estado o suprema autoridad administrativa.

En materia económica, los primeros diez meses de la administración Petro se caracterizan por la inacción de la política pública. La errada estrategia económica del equipo de gobierno se inscribe en cuatro ejes básicos:

1. Inexperiencia concreta. La inmersión de los funcionarios de la administración Petro en asuntos económicos, que pese a ser de su resorte, no necesariamente representan elementos sobre las cuales tengan experiencia académica o práctica. La ausencia de experiencia -no obstante los anunciados deseos de aprender- se refleja en la carencia de políticas públicas y de resultados sobre temas críticos como el crecimiento económico y la seguridad energética.

2. Observación irreflexiva. De forma sistemática, los funcionarios del equipo económico realizan observaciones poco reflexivas sobre la realidad económica de nuestro país. La torticera visión oficial respecto de las reformas sociales habla por sí sola, especialmente en salud, trabajo y pensiones, que no generan certidumbre empresarial ni confianza inversionista. La eliminación del aseguramiento privado y la estatización del régimen de salud, el aumento del desempleo y la informalidad derivados de la reforma laboral, así como el marchitamiento del régimen privado de pensiones y su brutal coletazo sobre el mercado de capitales, deberían ser fuente de preocupación del equipo económico, pero no lo son.

3. Conceptualización ideológica. Desde los primeros días del cambio, la administración Petro ha privilegiado la ideología por encima del pragmatismo propio de las ciencias económicas. La ideologización de la política pública ha sido plena. Hasta el punto que se ha traducido en desidia oficial, que se refleja, por un lado, en un bajo nivel de ejecución de los presupuestos de inversión, y por el otro, en la aceleración de la demora aplicada al trámite de la adicción presupuestal, asuntos que han dejado de ser una prioridad para la administración Petro.

4. Tabula rasa. La carencia de experiencia en la cosa pública le impide al gobierno aprovechar las virtudes de las cosas buenas que tiene nuestro país. El equipo económico de Petro abandonó la tesis de construir sobre lo construido para darle paso a la tabula rasa, al síndrome de Adán, según el cual todo lo anterior está mal hecho y ahora, con Petro, todo se haría de mejor manera.

Para el equipo económico, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la toma de decisiones no revisten importancia alguna. Sus prioridades -sus verdades- son el cambio climático, el decrecimiento económico, el desestímulo del sector minero-energético, el olvido de la vivienda de interés social y el abandono de la lucha contra la pobreza.

ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH 
​Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co

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