El precio de la energía ha subido para todos los usuarios del país, por varios motivos. En el caso de los usuarios residenciales se ha visto que se han dado fuertes incrementos que responden a aspectos como restricciones, pérdidas y generación, entre otros factores que inciden.
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En el caso de los usuarios no regulados (comercio e industria) la situación es similar, puesto que sus precios también han incrementado en el último año y como consecuencia se están afectando sus matrices de costos. De hecho, un análisis de más de 300.000 facturas de empresas (microcomercios, Pymes y grandes compañías) hecho por Energy Master muestra que en promedio ha subido 32% el precio del kilovatio.
Adicionalmente, la Cámara de Grandes Consumidores de Energía de la Andi advirtió que han visto incrementos importantes en el peso de la energía en la matriz de costos y que les preocupa que para los próximos años se está viendo que el precio va a tender a subir.
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El análisis de la compañía mostró que entre junio de 2023 y junio de 2024 evidenció que en promedio el kilovatio hora pagado por las empresas pasó de $771 a $922. Vale la pena destacar que a diferencia de los usuarios atendidos en el mercado regulado (hogares y pequeños comercios), los usuarios no regulados pueden pactar sus propios contratos de compra de energía a los generadores y de esta forma establecer condiciones diferentes.
Los cálculos de la Cámara de la Andi muestran que entre 2017 y 2023 el precio de la energía para los no regulados se ha incrementado entre 69% y 121%, muy por encima del acumulado de la inflación para el periodo, que fue de 42%
Sin embargo, otros componentes de la factura son los mismos para todos los consumidores y no pueden ser negociados. Tal es el caso del componente de transmisión de energía, que representa un cargo fijo a nivel nacional.
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El análisis de Energy Master muestra que por región es en la Costa Atlántica donde más sube el precio, siendo Bolívar (32%) y Atlántico (26%) los departamentos con un mayor incremento para los usuarios analizados.
De igual manera, el eje cafetero subió en promedio sus costos en 20%, mientras que en Santander subió 19%, en Valle del Cauca 18% y en Bogotá y Cundinamarca escaló 16%.
En términos monetarios, el crecimiento de 32% en el precio de las facturas implicó que de un año a otro las compañías pagaran $485.000 millones de más por la electricidad en los periodos comparados.
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Este punto fue resaltado por Alejandro Ramírez, CEO de Energy Master, que dijo que esto afecta fuertemente las finanzas de las compañías, señalando que “causa un sobrecosto a sus finanzas y genera incertidumbre en la decisión de crear más empleos y hacer nuevas inversiones”.
Los factores del alza
De acuerdo con Daniel Romero, director de la Cämara de Grandes Consumidores de Energía de la Andi, hay un factor relevante que está presionando el costo de la energía y es la escasez de energía que se está viendo y que se proyecta para los próximos años.
Esto está impactando el costo al que las compañías están comprando energía por medio de contratos.
“No hay suficiente oferta de energía”, expresó, añadiendo que se esperaba una mayor permeación de energía de fuentes renovables no convencionales; sin embargo en este momento no hay tanta como se esperaba.
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Esto, de acuerdo con Romero genera una afectación actual que se profundizará en los próximos años. Por ejemplo, resaltó que actualmente los futuros de energía para 2027 muestran un crecimiento de 10% frente a lo que se había visto en 2024 para el mismo periodo.
Ramírez manifestó que precisamente la energía es uno de los factores que están identificando como causantes de dicho incremento en el precio final pagado por los usuarios.
Ramírez también mencionó el pago de la opción tarifaria, “que, si bien significaron un supuesto alivio para las compañías que se vieron apretadas por estos pagos, con el tiempo terminaron asumiendo valores retroactivos sobre el costo del kilovatio hora que no se cubrieron durante la congelación de tarifas que se presentó en la pandemia”.
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Llamó la atención sobre el costo del impuesto al alumbrado público, que en algunos municipios es muy elevado, afectando las facturas que pagan las compañías.
El gas también presiona
Ramírez también señaló que hay otro factor que está presionando el precio de la energía y es el precio del gas, que es un energético muy relevante para que operen plantas térmicas. En vista de que hay presión en los balances y se prevé que haya una escasez en los próximos años, esto también genera preocupación.
Romero se adhirió a esta preocupación y dijo que para los grandes consumidores de energía esta es una de las mayores preocupaciones, puesto que muchas generan su propia electricidad para mantener su producción.
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Incluso algunas compañías han considerado hacer el paso a otros combustibles, como los líquidos para impulsar su operación. Sin embargo, esto podría impactar hasta en 40% el costo de la producción.
DANIELA MORALES SOLER
Periodista de Portafolio
