Para 2025 el país podría enfrentar un faltante de gas equivalente a 8% de la demanda, que continuaría creciendo en los próximos años hasta 2029, llegando hasta ser de unos 355 GBTU (unidad británica de poder calórico) por día. Esto es más de 35% de la demanda del país, que está cercana a los 1.000 GBTU diarios, actualmente.
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Esto implica decisiones, como la importación por medio de nuevas plantas de regasificación, incluyendo opciones en La Guajira, las cuales antes no estaban en el panorama, pero que se requieren para incorporar rápidamente moléculas de gas al sistema nacional de transporte por gasoductos.
La situación está prendiendo alertas en el sector, puesto que implica que se deben tomar acciones inmediatas para evitar que no se pueda cumplir con las necesidades de consumidores como la demanda no esencial que sería la más perjudicada en un primer momento, como explicó Rodolfo Anaya, presidente de Vanti.
En este contexto, la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) presentó un plan de abastecimiento de gas natural en el que se “plantean medidas necesarias para asegurar la estabilidad y el abastecimiento eficiente de gas natural durante los próximos 15 años”.
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Las medidas que se podrían tomar incluyen aspectos regulatorios, que darían más viabilidad comercial al energético, así como decisiones de políticas y alternativas de importación que deben ser analizadas desde ya, para que puedan incorporar gas rápidamente.
El documento propone por primera vez la posibilidad de crear una nueva infraestructura de importación de gas natural licuado (GNL) ubicado en La Guajira. Vale la pena resaltar que en los últimos documentos presentados por la Upme se presentaba la regasificadora del Pacífico, que dentro de sus características positivas estaba que podría aumentar la confiabilidad en el suroccidente del país, que está alejado de las principales zonas de producción y en donde las tarifas son mayores.
“Se propone incentivar la construcción y puesta en operación de iniciativas privadas de regasificación de GNL tanto en la Costa Pacífica como en la Costa Atlántica, así como, evaluar la viabilidad de ubicar un nuevo punto de importación en esta última región”, asevera el plan.
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En Colombia ya hay una planta regasificadora que está ubicada en Cartagena. Se trata de la Spec que construyó Sacyr.
Cortesía
En el marco del congreso de Andesco, Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, presentó un plan en el que están trabajando para cubrir los faltantes de gas que se evidencian para años venideros.
Precisamente en esta propuesta que están desarrollando se incluye la opción de una planta de regasificación de GNL. De hecho, la empresa de hidrocarburos informó que ya se lanzó un proceso de requerimiento de información al mercado, con el que buscaba entender las alternativas de recibo, almacenamiento y regasificación del energético. De este proceso, la empresa recibió manifestaciones de interés de empresas.
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Este trámite cerrará en la última semana de julio, con lo que en el segundo semestre de este año se podría tener ya firmado un contrato para la importación de gas natural licuado. A esto se sumaría también una capacidad de importación desde Venezuela, que de acuerdo con Roa oscilaría entre 30 y 50 Gbtu diarios.
Roa no dio detalles sobre si este proceso para regasificar sería por la costa atlántica, específicamente por La Guajira. Sin embargo esta es una de las zonas más opcionadas, puesto que cuenta con una infraestructura existente, de los campos Chuchupa y Ballena, que permitiría albergar la planta de regasificación.
Al respecto, Bloomberg informó que la empresa de mayoría estatal está analizando ya con productores de gas natural estadounidenses para importar desde allí.
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Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol
Andesco
Con la necesidad de traer gas de otras naciones, otro tema se cierne en el debate y es el relacionado con los precios del energético.
Vale la pena recordar que el gas natural producido en el país tiene una formación de precios local, que aísla los aísla de los impactos geopolíticos y de estrategias comerciales de agentes internacionales. Cabe destacar que esto hace que en el mercado spot (de contado) haya una mayor volatilidad que no tiene el mercado colombiano y por ende en términos generales, el precio es más competitivo. Esto implica que con la entrada de más gas de fuentes externas se vería un incremento en los precios.
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Actualmente el gas importado se usa para las centrales de generación térmica, con lo que los precios se ven reflejados en las tarifas de energía y no en las de gas. Sin embargo, a medida que haya menos gas local disponible y se necesite usar de fuentes externas se puede trasladar a las facturas.
Por este motivo, Rodolfo Anaya, presidente de Vanti, llamó a que se evalúen todas las opciones, pero que sea el gas natural producido en el país el que sea prioritario para mediano y largo plazo. En el corto plazo, la opción para revisar deberá ser la importación.
Precisamente Roa señaló que la apuesta en este sentido está dada por el gas de la provincia costa afuera, para lo cual están en trabajos de exploración en bloques que tienen con otras compañías. De hecho, para 2029 las expectativas de la compañía son que el energético traído del offshore se convierta en una de las principales fuentes de abastecimiento, hasta ser la principal en los años siguientes.
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De esta forma, a finales de la década, Ecopetrol estima que el país ya no requeriría más de la necesidad de traer este energético desde otras naciones. Sin embargo, por el momento, líderes del sector piden que se tomen medidas rápidas para evitar un desabastecimiento y una destorcida de precios.
DANIELA MORALES SOLER
Periodista de Portafolio
