En el marco de la intervención anual en el Parlamento, el presidente chino Xi Jinping prometió impulsar la capacidad manufacturera del país para no depender de los mercados exteriores, afirmando que la nación debe ser capaz de valerse por sí misma.
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“Siempre he dicho que hay dos áreas críticas para China: una es salvaguardar nuestro cuenco de arroz, y la otra es construir un sector manufacturero fuerte”, dijo el mandatario, según el diario estatal People's Daily. Adicionalmente, manifestó que “como gran nación de 1.400 millones de habitantes, debemos confiar en nosotros mismos (...) No podemos depender de los mercados internacionales para salvarnos”.
A su vez, en el gigante asiático se insiste en la necesidad de construir una industria autosuficiente y abandonar las importaciones en sectores considerados vitales para la seguridad nacional, como los semiconductores y la inteligencia artificial. Por otra parte, Estados Unidos endureció en los últimos meses las sanciones a los fabricantes chinos de chips, alegando problemas de seguridad nacional y la posibilidad de que la tecnología sea utilizada por el ejército chino.
Cabe resaltar que según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (Nbsc, por sus siglas en inglés), la actividad manufacturera registró su mayor mejora en más de una década, mientras que la actividad de servicios creció y el mercado de la vivienda muestra signos de estabilización.
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De acuerdo con la cifras el Índice de Gestores de Compra (PMI) se registró un aumento de 52,6% para febrero de este año, frente al 50,1% presentado en enero, en donde se asegura que es la lectura más alta desde abril de 2012.
Llevando la mirada hacia las proyecciones que tiene Pekín para este año, se anunció un objetivo de crecimiento económico en torno a un 5%, meta que cumple con lo vaticinado por los analistas y que sigue la línea de lo establecido en 2022, de entre un 5% y un 5,5%. Sin embargo, China creció un 3% tras las duras restricciones de su política de 'cero covid' ante las peores olas de contagios.
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