El precio del café se está disparando en el mundo. Tan solo en Colombia, el pasado martes 17 de septiembre, el valor interno alcanzó niveles no vistos en 18 meses, llegando a tocar los $2,2 millones por carga de 125 kilogramos de café pergamino seco.
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El valor del grano a nivel internacional parece haberse visto impactado, en parte, por una fruta amarilla y maloliente conocida como durián. La pregunta es: ¿cómo se llegó a esta situación?
Para entender mejor el panorama hay que retroceder unos cuantos años. Todo comenzó en 2021, cuando una helada echó a perder parte de la cosecha en Brasil. Si bien esto parece una situación sin mucha trascendencia, el tono cambia cuando se tiene en cuenta que este país suramericano es el mayor productor mundial de granos Arábica.
Ante la escasez de café, muchos compradores recurrieron a otros países productores como Vietnam. No obstante, por esa época la zona atravesaba una de las peores sequías que se habían dado en la última década, lo que los dejaba sin muchas opciones.
Fue en ese contexto en el que los agricultores vietnamitas decidieron optar por otro tipo de cultivo, el del durián, una fruta que resulta más rentable por su alta demanda en naciones como China. Tanta es su popularidad, que la exportación de café en Vietnam ha comenzado a reducirse.
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Para hacerse una idea, la participación de mercado del durián de Vietnam en China casi se duplicó entre 2023 y 2024, y algunos estiman que el cultivo es cinco veces más lucrativo que el del café.
Es así como grandes exportadores como Colombia, Etiopía, Perú y Uganda han tenido que acelerar el ritmo para producir más granos de café, pero no se ha logrado generar lo suficiente para aliviar un mercado que ahora se encuentra ajustado y cubrir la demanda mundial.
Según expertos, la próxima cosecha de Brasil será crucial. Sin embargo, si las lluvias llegan tan tarde como en octubre, los rendimientos podrían verse afectados y el precio del grano se seguirá viendo impactado.
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