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21 oct 2024 - 12:00 a. m.

Las ciudades y su rol en la percepción del ambiente laboral

Es importante capitalizar los aprendizajes traduciéndolos en iniciativas que permitan el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.

Talento humano

Hay tres ciudades que tienen una influencia tan significativa sobre el ambiente laboral que las organizaciones localizadas en ellas se ven favorecidas, o no, por este hecho.

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21 oct 2024 - 12:00 a. m.
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Hay dos aspectos de las ciudades en los que la conexión es directa: seguridad y movilidad. Las más seguras y con una movilidad mejor resuelta son más gratas, tranquilas y contribuyen a la salud emocional y física de sus habitantes. Su efecto social es muy positivo en múltiples planos.

Sin embargo, también en estos análisis es necesario efectuar lo que técnicamente se denomina control de variables, porque si no se hiciese sería muy fácil llegar a concluir que las ciudades grandes llevan las de perder y las pequeñas ganan por abandono. Si así fuese, no se estaría encontrando nada de valor que pudiese ser de interés para quienes tratan de diseñar políticas públicas que buscan capitalizar oportunidades de mejoramiento genuinas.

¿Qué dicen las encuestas del ambiente laboral sobre más de quince ciudades del país? Lo primero: en muchas de ellas su efecto sobre el ambiente laboral no es significativo y al no serlo pasan a ser más relevantes otros aspectos, que tienen que ver con la persona o la organización. Sobre esto sería un error generalizar.

Lo segundo: hay tres ciudades que tienen una influencia tan significativa sobre el ambiente laboral que las organizaciones localizadas en ellas se ven favorecidas, o no, por este hecho. Estas ciudades son Barranquilla, Bogotá y Medellín, tres de las cuatro más grandes del país.

Barranquilla, Medellín y Bogotá en la balanza

En Barranquilla, se ve nítidamente un efecto positivo. Una organización en esta ciudad tiende a tener una opinión más favorable sobre los diferentes aspectos evaluados en el ambiente laboral. Es una suerte de viento a favor. Alguien podría creer que esta es una manifestación más de la cultura que es propia de la región Caribe, pero no es así. Es en Barranquilla, solo en Barranquilla.

A Medellín también le va muy bien, más no tanto como a Barranquilla. Esto no deja de ser meritorio porque su cantidad de habitantes es más del doble. Esto no nos sorprende. En más de 20 años de Great Place to Work® en Colombia los resultados de las organizaciones en Medellín han reflejado que la eterna primavera no es solo atribuible a su clima sino también a sus logros sociales que se sienten en la calidez de quienes viven en esta ciudad.

Un lector perspicaz asociaría las referencias a estas dos ciudades con la posición que ocupan sus alcaldes en las encuestas que se efectúan para conocer cómo se les percibe. Esto está lejos de ser una casualidad: al fin de cuentas es el mismo medio de indagación en el que también responden personas que trabajan. Es entonces un efecto muy positivo que se manifiesta de varias maneras.

No podría decirse lo mismo de Bogotá. Una organización localizada en esta ciudad se encuentra con una población más crítica y parte de estos se explica con sus mayores oportunidades de trabajo y a la atracción de un porcentaje muy alto de quienes tienen una mayor formación académica. Sin embargo, cuando se controlan estas variables la conclusión no deja dudas: se ve el malestar y el empleador tiene un punto de partida más desafiante porque debe remontarlo. Este no es un asunto menor porque esta ciudad produce cerca de la cuarta parte del PIB del país y ojalá fuese gracias al ambiente laboral y no a pesar de este.

Hay logros y también tareas por hacer. Aquí y en cualquier parte. Ahora y en cualquier momento. Lo que es importante es capitalizar los aprendizajes traduciéndolos en iniciativas concretas que permitan el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Esta expectativa está plenamente justificada sobre todo ahora que pagamos impuestos como si fuésemos un país nórdico.

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