Debido a la fuerte situación económica que está afrontando el sector de transporte de carga, las compañías que, en su mayoría, son microempresas (91,8 %), según la Superintendencia de Sociedades, con corte a agosto, cerca de 125 empresas de este sector se declararon en insolvencia este año.
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Así lo aseguró Juan David Gaviria, presidente junta directiva de Colfecar, quien, en el marco de la apertura del congreso anual del gremio, en Cartagena, mostró su preocupación por el número de empresas de transporte de carga que han dejado esta industria. Según dijo, de las 125 empresas que se declararon en insolvencia bajo Ley 1116, 81 están en reorganización y otras 44 en liquidación.
Vale mencionar que, en el 2016, 350 empresas de este renglón se declararon en insolvencia. En ese entonces, era el 10 % del total del sector. El número es alto, si se tiene en cuenta que en el 2022 solo se declararon en insolvencia 77 empresas y en el mismo periodo de 2023, 75.
“Esto nos lleva a reflexionar sobre la estructura de la economía nacional y cómo los sectores que generan la demanda de carga han sido afectados”, recalcó.
En línea con lo anterior, destacó la disminución de los principales sectores que impulsan la carga en el país. Por ejemplo, la minería cayó en sus indicadores 3,1 %, la industria se contrajo el 2,6 %, el comercio creció el 0,2 % y la construcción obtuvo crecimientos leves.
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“Adicionalmente, las importaciones y exportaciones han disminuido 3,9% y 2,9%, respectivamente, impactando negativamente al sector. Hemos escuchado que se han aumentado las toneladas a movilizar, pero es importante tener en cuenta que estas son unas mediciones distintas, en gran parte porque antes las empresas no reportaban al registro nacional del despacho de carga y los registros de viajes municipales han crecido un 2.800%, eso antes no se registraba”, mencionó.
De esta forma, las mediciones del Gobierno y el gremio, respecto a la movilización de carga, no coindicen. Es así como el 75% de las empresas afiliadas afirman que la carga no ha aumentado y casi la mitad reporta una disminución. “Entonces no es viable que las toneladas hayan aumentado”, explica.
Con toda esta situación explicó que hoy en día la liquidez en este momento es superior a la rentabilidad, situación que les preocupa.
“No podemos permitir que las grandes o pequeñas corporaciones ahoguen a las empresas de transporte con plazos de pago de más de 30, 60, 90 e incluso de 120 días. Adicional a los días que se toman para poder facturar los servicios. Nos volvimos entidades financieras, teniendo en cuenta que pagamos a los propietarios de vehículos de manera anticipada y de contado, y si el servicio es en flota propia, el pago de contado del 80 % de los costos y gastos. Las empresas de carga se quiebran por caja y no por patrimonio”, mencionó.
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De esta manera, aseguró que la clave para la sostenibilidad financiera es mantener el equilibrio entre la caja y la rentabilidad.
“Debemos de actuar con responsabilidad para evitar caer en la trampa del volumen y financiar negocios no rentables. Seamos responsables, porque si un negocio no es rentable para el equipo propio, tampoco será rentable para el propietario individual”, concluyó.
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio
