Las cifras totales de ventas de vehículos en el país siguen en terreno negativo pese a repuntes puntuales. El primer semestre del año es el segundo peor de la década y solo lo supera la pandemia. En este período General Motors cerró su planta en Colombia y Renault e Hino, que son las ensambladoras que quedan, no la han tenido fácil.
De hecho, Renault está concentrada en el mercado externo para mantener abierta la planta en Colombia, pero para ello requiere el apoyo del Gobierno, que a través de políticas públicas facilite la actividad industrial en el país y permita mantener los empleos, según explica el presidente de la multinacional francesa, Ariel Montenegro.
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El directivo señaló que han estado en conversaciones con el Gobierno, planteando posibles salidas que permitan a la industria detener la desaceleración del mercado interno.
Montenegro aclara que han recibido apoyo de la administración del presidente Gustavo Petro, lo cual hizo posible la inversión de 100 millones de euros para iniciar la producción del modelo Kwid a combustión, cuyas primeras unidades ‘hechas en Colombia’ saldrán en los próximos meses al mercado.
Además, esas nuevas instalaciones fueron diseñadas para que funcionen para vehículos con algún grado de electrificación, lo que a futuro hace posible pensar en modelos híbridos de producción nacional.
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Respecto a la actual coyuntura, la compañía concentra la mayor parte de sus esfuerzos en los mercados del exterior para compensar la caída local con las exportaciones. Sin embargo, allí el esfuerzo es ‘mayúsculo’ como lo señala el presidente de Renault.
“Estamos lejos de los puertos, los fletes son más altos y ello nos resta competitividad”, explica.
Y señaló que actualmente, Renault-Sofasa es la única ensambladora en Colombia de vehículos ligeros y “para nosotros es preocupante porque la competitividad de la industria depende en gran medida de la tecnología y del volumen de competidores”. “Necesitamos contar con más empresas anclas que atraigan inversión, generen volumen y permitan desarrollar el ecosistema. No nos gusta ser el 70% del ensamble nacional; por el contrario, nos preocupa”, dijo Ariel Montenegro.
Respecto a las salidas para recuperar competitividad, Ariel Montenegro señala que mantienen un diálogo permanente con el Ejecutivo, y en esas conversaciones ellos, como industria, han planteado dos dinamizadores del sector que pueden ser un Certificado de Reembolso Tributario (Cert) para las exportaciones, que al final del día pesa un 3% en el ejercicio exportador, pero que es suficiente para poner los vehículos colombianos en México y otros mercados siendo competitivos.
El otro gran capítulo es copiar la estrategia de países que, para fortalecer la competitividad de su industria automotriz local, decidieron tener un IVA diferencial para los vehículos ensamblados en el país, que les permite ganar competitividad frente a los importados y mejorar su demanda.
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Este caso se ha vivido en naciones como Turquía, que pasó de una industria ensambladora incipiente a ser exportador a los mercados de la Unión Europea por cuenta de una política pública de vocación exportadora y facilitadora para que los turcos también disfruten con menos carga impositiva las máquinas que se ensamblan y elaboran en su territorio.
Toda la estrategia va acompañada de más capacitación por parte de la industria con el apoyo oficial para mejorar la competitividad de las empresas proveedoras y de su personal, así como de créditos que permitan mejorar la tecnología en las industrias proveedoras que puedan servir no solo a la industria local, sino para fomentar exportaciones de partes y piezas.
SECTOR AUTOMOTRIZ
El Tiempo
Solo Renault en el año 2015 contaba con 76 proveedores locales, es decir, industrias colombianas que le proveían partes y piezas para los modelos que ensambla en el país.
Como es natural en la industria automotriz, las ensambladoras ofrecen capacitación y asesoría tecnológica a sus proveedores para contar con los productos deseados, pero hoy Renault en Colombia cuenta con un poco menos de la mitad de esos proveedores, 34 en total. Y esas son industrias que requieren actualización tecnológica para ser competitivas, para lo cual requieren asesoría, créditos blandos, tasas bajas y otra vez capacitación.
“De lograrse esto, se convierte el país en un imán que atrae inversión y otras empresas que quieran aprovechar este mercado y el talento de su gente para producir y exportar desde Colombia”, afirma. Hoy, de 34 proveedores locales, 23 son de capital colombiano.
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Renault cuenta en la actualidad con casi 1.500 empleos directos, y la industria de proveedores genera cerca de 6.000 empleos directos, sin contar la comercialización.
Renault-Sofasa espera cerrar el 2024 con una matriz que le permita estar en un 70-30, donde 70 % es ventas locales y 30 % las exportaciones, e iniciar una rápida conversión que le permita navegar hacia un 60-40 o, por qué no, a un 45 % para exportación, pero además lograr la competitividad que le permita mantener el actual 14,4 % de participación en el mercado del país.
