En los últimos años, la economía circular se ha convertido en tendencia global gracias a iniciativas que promueven el uso sostenible de los recursos naturales, minimizado los desechos y diseñando productos más amigables con el entorno.
Según el Informe sobre la brecha de circularidad 2024 (The Circularity gap report), realizado por Deloitte y la Fundación Circle Economy, en los últimos cinco años se ha triplicado la cantidad de menciones y artículos sobre el concepto. No obstante, el mismo reporte muestra una caída del 21% del uso de materiales secundarios consumidos por la economía global, pasando de 9,1% en 2018 al 7,2% en 2023, lo que quiere decir que más del 90% de los materiales no se reutilizan.
En el caso de Colombia, según el Octavo Reporte de Economía Circular del Dane, la tasa de reciclaje y nueva utilización de residuos sólidos aumentó del 7,81% en 2012 a 13,46% en 2021, incremento que se refleja en que cada vez más empresas invierten recursos en la reconversión de sus procesos con miras a la sostenibilidad. Sin embargo, esta toma de conciencia no es exclusiva del sector privado y las multilatinas, sino que las Empresas Industriales y Comerciales del Estado han desarrollado modelos de economía circular con exitosos resultados.
Un ejemplo es el Plan de Gestión Ambiental de Residuos de Envases y Empaques (ReLic) que unió a las más grandes licoreras del país para dar cumplimiento a la Resolución 1407 de 2018 del Ministerio de Ambiente, superando en un promedio de 145% las metas propuestas en los últimos tres años, con 4.510 ton. recuperadas en 2021, 4.538 ton. en 2022, y 3.145 ton. en 2023.
Detrás de este caso de éxito que trae no solo beneficios ambientales, sino que disminuye la adulteración de productos y genera recursos para cerca de 400 familias de recicladores en el país, está la apuesta que hace varios años hizo la Industria Licorera de Caldas por consolidar un modelo de Responsabilidad Social Empresarial, que la convirtió en la empresa líder y referente de sostenibilidad en el sector de los licores.
Con un trabajo articulado con sus grupos de interés, la ILC ha puesto en marcha diferentes iniciativas en componentes como producción más limpia, ciclo de vida del producto e innovación responsable, impactando 12 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Pero el camino aún es largo para todos. De acuerdo con la iniciativa global Climate Promise del Pnud, entre los principales desafíos están el desconocimiento que tienen muchos países de los beneficios que genera la economía circular, y, por otro lado, las trabas que enfrentan las empresas, en especial las pymes, para obtener recursos para financiar su transición de modelos lineales a circulares. Si esto se alcanza en mayor medida, estudios citados por el Pnud indican que las estrategias de economía circular pueden reducir en 40% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2050, con el consecuente beneficio para las condiciones de vida y bienestar de todos los habitantes del planeta.
DIEGO ANGELILLIS QUICENO
Gerente general de la Industria Licorera de Caldas.
