Una revisión de las cifras de la dinámica del sector agropecuario colombiano, estancamiento sectorial, apenas 0,3% creció en el primer trimestre 2023; inflación de alimentos, que aunque cedió en el último mes está superior al 18%; mayor pobreza rural que urbana, cambio climático que afecta la actividad agropecuaria y la violencia rural que ha vuelto a crecer, sugieren para el campo atención especial por el impacto que tiene en la vida nacional.
En este sentido se propone que se implemente un Plan de Choque que busque concertar con los gremios nacionales y regionales las acciones necesarias en materia de tecnología, extensión rural, encadenamientos productivos, incentivos a la producción y crédito adecuado y oportuno para motivar a los agricultores a reactivar la producción agropecuaria:
Un Plan de Choque en las actuales circunstancias debe enfocarse hacia las zonas productivas que tienen la posibilidad de reactivar sus cultivos prontamente y de obtener cosechas en 4 o 5 meses que incrementen la oferta de alimentos y materias primas de manera sostenible. Igualmente orientarse hacia la recuperación cultivos permanentes que se han dejado de atender por los altos costos producción. Hay que prestar atención a la base productiva existente donde viven más de 2,7 millones de campesinos.
El Plan de Choque se debe orientar a brindar mejores condiciones para la producción a partir de conocer los factores que están incidiendo en menores siembras y en los instrumentos que se requieren para estimular una nueva dinámica productiva. Esto permite implementar un programa efectivo y confiable que contenga: extensión rural, paquetes tecnológicos adecuados a la zona productiva, incentivos a la producción de abonos e insumos orgánicos en la misma región, mejora de la infraestructura de riego y adecuación de tierras, impulso a la economía colaborativa para reducir los costos de producción, acuerdos entre los distintos actores de la cadena agroindustrial sobre precios, cantidades y calidades del producto, y mejoras en la infraestructura para el manejo poscosecha y comercialización.
Estos aspectos deben estar sincronizados y apoyados desde el Ministerio de Agricultura y por las secretarias departamentales de agricultura para que se logren resultados tangibles y durables.
Un capítulo aparte merece el tema del crédito agropecuario y sus incentivos. Es necesario que la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario genere una política de financiamiento que facilite el acceso al crédito agropecuario a pequeños y medianos productores porque hoy tan sólo 20% de ellos están accediendo a través de redescuento, en la práctica todo lo hace el Banco Agrario; 80% restante se va a través de la cartera sustitutiva de los bancos privados a operaciones de crédito que poco o nada están vinculadas a la producción agropecuaria. El Banco Agrario debe mejorar su modelo de crédito para que más pequeños y medianos productores se puedan beneficiar.
JESÚS ANTONIO VARGAS OROZCO
Consultor empresarial / Jesusvargas.orozco@gmail.com
