Con el pasar de los años los avances de la ciencia han permitido explorar con más detalle gran parte del planeta. Sin embargo, en lo que se refiere al océano, aún quedan muchos misterios por resolver y zonas por visitar.
Según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés), aunque el hombre lleva decenas de miles de años investigando la superficie del océano, solo se ha cartografiado un 20 % del fondo marino.
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Tal vez el lugar más intrigante sea la Fosa de las Marianas, un abismo en el Océano Pacífico occidental que abarca más de 2.540 kilómetros y que es el hogar del Challenger Deep.
El también conocido como el punto más profundo del planeta se ubica a más de 11.000 metros bajo el agua. Para hacerse una idea de las dimensiones de la zona, su profundidad es tres veces mayor que el lugar donde están los restos del Titanic, el cual descansa en el lecho marino del Atlántico Norte a unos 3.800 metros de profundidad.
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Expedición al Titanic
AFP
En Oceanografía se suelen emplear niveles para categorizar las capas que componen el océano, según sus niveles de profundidad. En el caso del Challenger Deep este hace de la zona hadal, la cual recibe su nombre por Hades, el dios griego del inframundo.
La zona hadal es uno de los hábitats menos explorados del planeta. A profundidades en donde no llega la luz solar se ha descubierto que en este entorno figuran coloridos afloramientos rocosos y pepinos de mar que viven en el fondo marino.
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Son pocas las personas que se han aventurado a explorar las profundidades de este abismo oceanico. La primera misión se llevó a cabo en 1960 con un submarino de inmersión libre.
Sin embargo, en el 2012 el director de la película Titanic, James Cameron, se adentró al fondo del océano en el Deepsea Challenger, un submarino que el cineasta diseñó y con el que logró descender hasta los 10.908 metros.
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En su momento, con esta hazaña Cameron logró establecer un récord mundial, además de recolectar en su misión una gran cantidad de materia orgánica que resultaron ser microbios y bacterias nunca antes vistas por el ojo humano.
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