La salud cardiovascular y cuidado del corazón es un tema importante a la hora de hablar de factores que ayudan a las personas a mantener una vida activa y plena, ya que este órgano es el motor del cuerpo humano y tener buenos hábitos en este sentido no solo reduce el riesgo de enfermedades del corazón, sino que también mejora la circulación, fortalece el sistema inmunológico y contribuye al bienestar general.
Cada vez son más los estudios que demuestran que incorporar hábitos saludables, como una dieta balanceada y ejercicio regular, es crucial para preservar las funciones vitales de este músculo y prevenir complicaciones futuras; ya que, contrario a la creencia popular, los ataques al corazón no son exclusivos de las personas mayores.
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Un reciente análisis de la Universidad del Rosario, a propósito del Día Mundial del Corazón, que se celebra este fin de semana, reveló que conforme pasa el tiempo, vienen aumentando los casos de jóvenes que se ven afectados por problemas cardiovasculares debido a factores como el sedentarismo, el estrés y la mala alimentación.
En este sentido, Juan Mauricio Pardo Oviedo, médico internista, intensivista y decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, manifiesta que reconocer que estos riesgos pueden impactar a individuos de todas las edades es esencial para fomentar la prevención y que la educación sobre salud cardiovascular y la adopción de estilos de vida saludables desde una edad temprana son claves en el tema.
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Problema creciente
Con el fin de generar conciencia sobre esta problemática, los investigadores de la Universidad del Rosario manifestaron que a nivel mundial se registra un aumento en los infartos entre adultos jóvenes debido a múltiples factores, entre los que se encuentran el estilo de vida sedentario, el estrés, la mala alimentación, el consumo de alcohol y de tabaco y la falta de actividad física regular.
“Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística - DANE, entre 2021 y 2022 murieron 4.659 adultos jóvenes por enfermedades obstructivas del corazón, de los que 3.493 tenían entre 40 y 49 años, 835 entre 30 y 39 años, y 331 entre 20 y 29 años”, dijo Pardo Oviedo al respecto.
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Este médico explicó también que el infarto de miocardio o ataque al corazón ocurre cuando el flujo de sangre del corazón se interrumpe o se bloquea y que generalmente, se origina porque alguna de las arterias que llevan sangre al corazón se bloquea por un coágulo, un cúmulo de grasa u otras sustancias.
“Al no recibir suficiente sangre, el músculo cardíaco no obtiene el oxígeno y los nutrientes que necesita, lo que provoca daño en el tejido del corazón. Los síntomas comunes de un infarto son dolor o presión en el pecho; dificultad para respirar; dolor que se irradia a los brazos, cuello, mandíbula o espalda; sudoración excesiva; náuseas o vómitos y mareo o desmayo”, contó.
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No obstante, para dar un parte de tranquilidad, agregó que el 80% de esta mortalidad es prevenible con algunos cambios en el estilo de vida, empezando por “adoptar hábitos saludables desde una edad temprana, como seguir una dieta equilibrada evitando las grasas saturadas y los azúcares refinados, aumentar el consumo de frutas y vegetales, realizar ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el alcohol, llevar un mejor control de la hipertensión y someterse a exámenes médicos preventivos”.
Por último, desde la Universidad del Rosario cerraron advirtiendo que es crucial reflexionar sobre la importancia de cuidar la salud cardiovascular, ya que las enfermedades cardíacas siguen siendo una de las principales causas de muerte a nivel global. Adoptar hábitos saludables desde temprana edad es decisivo para llevar una vida con bienestar y longevidad.
