Cuáles deben ser las condiciones idóneas para  para que se presente un eclipse solar

Los eclipses son uno de los eventos astronómicos más populares y fascinantes, dada su extraña naturaleza, sus apariciones muy ocasionales y la dificultad para verlos en su plenitud.

Y es que para caer en cuenta de las condiciones necesarias para que presente uno, es importante conocerlas.

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Según explica 'National Geographic', para que se produzca un eclipse solar, es necesario que una luna nueva se alinee perfectamente entre la Tierra y el Sol, proyectando así una sombra sobre el planeta, llamada umbra. Es diámetro del satélite natural y la Tierra hacen que su tamaño relativo sea lo suficientemente grande para que cubra el disco solar, sea de manera parcial o total, según las distancias que haya entre los tres cuerpos celestes.

Un eclipse total se produce ca uni dos años por término medio. Los eclipses parciales, en cambio, tienden a ser más frecuentes.

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El mismo medio menciona que también existen los eclipses anulares o de anillo de fuego, en los que se puede divisar un anillo de luz alrededor de la Luna, y los eclipses híbridos, en lo que un eclipse pasa de anular a total. Los anulares, de hecho, se producen porque la órbita lunar alrededor de la Tierra no es un círculo perfecto, por lo que su distancia cambia con cada ciclo.

Los eclipses totales son los de menor duración, pues la totalidad, que es el punto en el que el Sol queda totalmente oculto, dura entre 10 segundos y siete minutos y medio. Según 'National Geographic', en este periodo de tiempo, algunas estrellas y planetas se hacen visibles desde la Tierra y la temperatura del aire baja.

Los anulares duran menos de 10 minutos. Aunque uno puede preceder y seguir a la totalidad, también puede ocurrir por sí mismo, por lo que su duración puede variar.

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En cuanto a la probabilidad para observar un eclipse desde cualquier punto del planeta, es inferior a una vez en la vida, pues cada eclipse solar solo es visible desde una zona de la Tierra específica: cuando la Luna se mueve y la Tierra rota sobre sí misma, su sombra atraviesa la superficie del planeta a unos 2.250 kilómetros por hora, creando una línea relativamente estrecha llamada trayectoria de la totalidad.

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