Se suele asociar que el sexo y el deporte son dos actividades que no van de la mano. De hecho, el debate tiende a estar enfocado en que el acto sexual puede afectar de manera negativa el rendimiento deportivo.
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El supuesto más generalizado apunta a que la energía acumulada por la abstinencia sexual se libera durante la práctica deportiva, lo que puede aumentar las posibilidades de ganar. La renuncia voluntaria a no tener relaciones sexuales tradicionalmente también se ha asociado a un aumento de la agresividad, razón por la cual se recomendaba no practicarlas antes de una competencia importante.
Pero, ¿hasta qué punto esto es cierto?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que en el sexo intervienen diferentes factores como la adrenalina, la dopamina, la oxitocina y la prolactina. Esta última es la que genera el efecto de relajación después de tener un orgasmo.
Según le explicó el doctor Michael Siebers a 'DW', "los niveles de prolactina se elevan hasta una hora después del sexo". De manera que, sí podría tener un impacto si esto se produce poco antes de realizar algún deporte.
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Rendimiento deportivo
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No obstante, aparte de eso, Siebers indicó que no hay ninguna razón por la que tener sexo la noche antes de una competencia, por ejemplo, deba ser problemático. "El sexo es una actividad física y, por tanto, puede aumentar de forma natural la forma física", añadió.
Por su parte, Giorgio Galanti, ex profesor de medicina deportiva en la Universidad de Florencia, recordó que muchas de las investigaciones se han concentrado en valoraciones puramente físicas y no tanto los efectos psicológicos.
"El acto sexual forma parte de la vida cotidiana y casi no tiene impacto en el consumo de energía y en los aspectos metabólicos. Para un joven deportista, perder 100 calorías desde el punto de vista físico no tiene ninguna importancia. En cambio, el aspecto psicológico y personal, la unidad afectiva y familiar cuentan mucho, y es difícil realizar este tipo de estudios porque no es fácil recabar información serena de los deportistas sobre cuestiones tan privadas", señaló.
En ese sentido, destacan que la investigación científica no es concluyente respecto a qué parámetros fisiológicos, metabólicos o psicológicos podrían verse afectados, tanto positiva como negativamente, en el rendimiento deportivo después de tener sexo.
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