Durante casi dos siglos, los científicos han estado en la búsqueda de entender a Arthropleura, un gigante artrópodo que habitó la Tierra hace más de 300 millones de años. Este animal, que recuerda a un milpiés en su estructura, alcanzaba longitudes impresionantes de hasta 2,6 metros. Sin embargo, un aspecto crucial para su estudio había permanecido esquivo: la cabeza.
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Ahora, gracias a dos fósiles excepcionales encontrados en Francia, se ha revelado la forma de la cabeza de Arthropleura, proporcionando un vistazo sin precedentes a su forma de vida y a su relación evolutiva con otros artrópodos, así lo aseguró la CNN.
Arthropleura, el artrópodo más grande conocido, fue descubierto por primera vez en 1854 por científicos británicos, pero hasta hace poco, todos los fósiles disponibles carecían de una cabeza. Esto limitaba la capacidad de los investigadores para determinar si Arthropleura era un depredador, como los ciempiés modernos, o un detritívoro que se alimentaba de materia orgánica en descomposición, como los milpiés. En su búsqueda por comprender mejor a esta criatura, un equipo de investigadores analizó fósiles de dos juveniles que datan de la década de 1970, y los hallazgos fueron publicados el 9 de octubre en la revista Science Advances.
El equipo utilizó técnicas avanzadas de escaneo, como microtomografía computarizada e imágenes de sincrotrón, para estudiar los fósiles que permanecían atrapados en piedra. El resultado fue que la cabeza de Arthropleura exhibe características tanto de milpiés como de ciempiés. Esta evidencia sugiere que estos dos grupos de artrópodos están más estrechamente relacionados de lo que se había asumido hasta ahora. Según el paleontólogo Greg Edgecombe, coautor del estudio, esta combinación de datos genéticos y características físicas ha permitido arrojar luz sobre la evolución de estos organismos.
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Arthropleura vivió durante un periodo en el que la atmósfera contenía niveles de oxígeno mucho más altos que los actuales, lo que facilitó el crecimiento de gigantes de la naturaleza, desde escorpiones hasta insectos como las griffinflies, que alcanzaban tamaños enormes. Sin embargo, Arthropleura se destacó en esta época de gigantes, alcanzando longitudes comparables a las de un caimán moderno. Mickaël Lhéritier, el autor principal del estudio, está realizando su doctorado en miriápodos antiguos y trabaja para entender cómo estos artrópodos se adaptaron a un entorno terrestre en ese tiempo.
Los fósiles de Arthropleura fueron descubiertos en una mina de carbón en Montceau-les-Mines, Francia, donde habían sido enterrados en un mineral conocido como siderita. Esta particularidad geológica ayudó a preservar incluso los detalles más finos de su anatomía. En el pasado, los investigadores solían abrir estos nódulos para tomar moldes, pero ahora pueden escanearlos sin dañarlos, lo que permite un análisis mucho más detallado.
A medida que se avanza en la comprensión de la morfología de Arthropleura, también surgen nuevas preguntas. ¿Qué comía? ¿Cómo respiraba? Aunque aún no se han encontrado evidencias definitivas sobre su dieta, los investigadores apuntan que la falta de colmillos venenosos o patas especializadas sugiere que, al igual que los milpiés modernos, Arthropleura probablemente se alimentaba de detritos y no era un depredador.
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Un aspecto de estos hallazgos es la presencia de ojos pedunculados, una característica que se encuentra comúnmente en artrópodos acuáticos, lo que plantea la pregunta de si Arthropleura pudo haber tenido un estilo de vida anfibio. Lhéritier destaca que entender el sistema respiratorio de Arthropleura será clave para responder a esta cuestión. La presencia de branquias, como en los crustáceos, indicaría un estilo de vida acuático, mientras que estructuras como tráqueas o pulmones apuntarían hacia un modo de vida terrestre.
Estos nuevos descubrimientos han revitalizado el interés por Arthropleura y su lugar en la historia de la vida en la Tierra. James C. Lamsdell, un experto en geología, señala que el trabajo que están realizando los investigadores proporciona una nueva visión de este enigmático artrópodo.
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