En una tarde tranquila de miércoles, Noland Keaulana, un socorrista del Departamento de Seguridad Oceánica de Honolulu, se encontraba realizando reparaciones en su camioneta en casa de sus abuelos.
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Sin embargo, su rutina se vio interrumpida por una alerta en su teléfono: un joven de 17 años había desaparecido frente a la costa de Honolulu. La noticia se tornó personal cuando su esposa le informó que se trataba del hijo de un amigo.
A pesar de no estar en servicio esa noche, Keaulana sintió la urgencia de unirse a la búsqueda. "Supe que no podía perder más tiempo", declaró a CNN. El joven desaparecido era Kahiau Kawai, quien ya llevaba horas luchando contra las corrientes que lo alejaban de la costa tras volcar su kayak durante un entrenamiento.
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Kahiau relató que, al caer al agua, las fuertes olas lo desorientaron y perdió su remo. Intentó mantenerse a flote usando su kayak de seis metros, alternando entre nadar y reposar. Gritó pidiendo ayuda, pero las embarcaciones cercanas estaban demasiado lejos para oírle. "Intenté relajarme y mantener la calma", compartió Kahiau.
El equipo de kayak de Kahiau había partido desde Ala Wai Boat Harbor hacia Diamond Head. Al darse cuenta de su ausencia, sus compañeros alertaron a las autoridades alrededor de las 6:30 p.m. Las labores de búsqueda comenzaron inmediatamente, involucrando más de 50 rescatistas, incluidas embarcaciones y aeronaves.
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Keaulana se unió a las operaciones de rescate, sintiendo una creciente desesperación con cada hora que pasaba. "Empezaba a perder la esperanza. Pensaba en el peor de los casos", confesó.
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Tras más de ocho horas en el océano, alrededor de las 4 a.m. del jueves, un avión de la Guardia Costera avistó a Kahiau aferrado a su kayak. Se desplegó una bengala para marcar su ubicación, y Keaulana fue guiado hasta él. "Lo vi flotando y me dije: '¿Está vivo?'", recordó Keaulana.
Kahiau había estado en el agua casi 12 horas. Las condiciones ese día eran peligrosas, con fuertes corrientes y oleaje. "Tenía miedo de que se hubiera rendido", expresó Keaulana, quien proviene de una familia de socorristas hawaianos y ha salvado a miles de personas.
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La madre de Kahiau, Kelehua Kawai, describió la alegría que sintieron al volver a oír la voz de su hijo, comparando el momento con "la peor noche de nuestras vidas seguida de la mejor mañana". Durante las largas horas de espera, su familia experimentó una montaña rusa de emociones, luchando con la desesperación y aferrándose a la esperanza.
Noland Keaulana (Izq.), el hombre que rescató a Kahiau Kawai.
Resdes sociales: @nolandkeaulana
Tras su rescate, Kahiau fue trasladado a un hospital en estado grave pero estable. Fue dado de alta el sábado y se unió a sus compañeros de equipo en un campeonato. Las Escuelas Kamehameha emitieron un comunicado celebrando su regreso y anunciaron una revisión exhaustiva del incidente para evitar futuras tragedias.
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Kahiau, reflexionando sobre su experiencia, dijo que aunque sigue interesado en el kayak, llevará consigo las lecciones aprendidas de esa noche. "No sabía que podía manejar algo así, y esta situación me demostró que puedo", concluyó.
