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10 jul 2024 - 3:46 p. m.

¿Es posible heredar los traumas de una generación a otra? Esto dice la ciencia

Avances científicos han sugerido que el efecto que tienen los traumas podría heredarse a través de los genes.

Trauma

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10 jul 2024 - 3:46 p. m.
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Cuando una persona experimenta una vivencia inesperada que perturba su bienestar y le deja algún tipo de herida psicológica o choque emocional duradero, esa experiencia se cataloga como un trauma.

Pero, ¿qué pasa con esas lesiones cuando morimos?, ¿desaparecen con nosotros?

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Avances científicos han sugerido que el efecto que tienen los traumas podría heredarse a través de los genes. Esta transmisión sería posible gracias a la expresión génica, un proceso molecular que potencia o reduce la actividad de algunos genes, añadiendo y eliminando etiquetas químicas. 

En otras palabras, por medio de este mecanismo, el trauma de un progenitor podría imprimirse en los genes de su descendencia, dando como resultado que estos acarreen cierto nivel de impacto de generación en generación. 

Según le comentó a 'National Geographic' Rachel Yehuda, profesora de psiquiatría y neurociencia del trauma en el Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos), esta premisa sugiere que una pequeña "señal" epigenética de una experiencia que altera la vida "no muere contigo". 

Yehuda también señala que lo anterior explicaría por qué algunas experiencias parecen tener un efecto más trascendental.  

Trauma

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Trauma en padres e hijos

Para entender mejor cómo una experiencia traumática podría tener un impacto generacional, el neurocientífico del Children’s Hospital Los Angeles, Brian Días, realizó una serie de experimentos con varias generaciones de ratones. 

En un inicio, el experto los expuso a una sustancia química que olía a cerezos en flor y combinó la exposición al olor con una descarga eléctrica leve. En respuesta, los ratones asociaron el miedo con este aroma y las siguientes generaciones desarrollaron una reacción al percibirlo, pese a que antes no habían estado expuestos a él. 

El experimento repitió poco después con una sustancia química con olor a almendras. Esta vez, un subgrupo de ratones experimentó la combinación de olor y sobresalto para posteriormente exponerlos a él sin la necesidad de la descarga. Con el tiempo, los animales dejaron de interpretar el olor como una amenaza y sus crías no eran reticentes al aroma.  

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