El reciente descubrimiento de grandes reservas de gas natural en aguas del Caribe colombiano trae consigo un panorama mixto para el país. Mientras que la buena noticia apunta a una autosuficiencia garantizada por entre 12 y 15 años, la mala noticia revela que la nación deberá continuar importando gas durante al menos cinco años, lo que se traduce en un incremento probable en los precios para los usuarios.
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Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, destacó la importancia del hallazgo, señalando que, actualmente, Colombia cuenta con 2.3 terapíes cúbicos de gas, con una expectativa de consumo que alcanza solo para 6.1 años. La nueva reserva, localizada en el pozo Sirius, podría sumar 4.5 terapíes cúbicos extraíbles, extendiendo la autosuficiencia energética del país entre 12 y 15 años.
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“Con este descubrimiento, la preocupación por la escasez de gas disminuirá en el mediano y largo plazo”, aseguró Roa en entrevista con El Tiempo, y también mencionó que se están explorando otros bloques en colaboración con distintas empresas. Este desarrollo podría ser una oportunidad significativa para fortalecer la seguridad energética del país y reducir la dependencia de fuentes externas en el futuro.
Dependencia continua de importaciones
Sin embargo, la situación no es tan optimista. A pesar de las nuevas reservas, Colombia seguirá importando gas natural durante los próximos tres a cinco años. Roa afirmó que “en el corto y el mediano plazo vamos a tener que acudir a la importación de gas”. Se prevé un déficit de 161 GBTUD para el próximo año, lo que obligará al país a recurrir a importaciones que podrían encarecer el costo del gas para los consumidores. “La importación de gas siempre será mucho más costosa”, advirtió Roa, lo que se traducirá en un aumento de precios para los usuarios finales.
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“Desde 2017, hemos estado importando gas en cantidades significativas, especialmente en momentos críticos como los meses de marzo y abril de este año”, explicó el presidente de Ecopetrol. Este déficit, y la dependencia de gas importado, plantea un desafío considerable para los hogares y las industrias, ya que el gas natural licuado suele ser más costoso que el gas nacional.
El proceso de maduración de las nuevas reservas incluye obtener licencias ambientales y construir la infraestructura necesaria, un proceso que puede tardar hasta siete años. Roa enfatizó que, aunque hay una visión optimista para el futuro, el camino para convertir estos hallazgos en gas utilizable será largo y complejo.
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“Se necesita entrar en todo el proceso de desarrollo y maduración de esas reservas”, señaló. “Una vez se tenga la licencia ambiental, se necesitarán otros tres años más para que esa molécula entre al sistema para el consumo de los usuarios finales”.
En paralelo, se están evaluando alternativas para asegurar el abastecimiento. Ecopetrol está considerando importaciones de gas de Venezuela, además de opciones para traer gas natural licuado. Sin embargo, todas estas medidas dependerán de condiciones técnicas y acuerdos comerciales, lo que añade una capa de incertidumbre a la situación.
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