La culpa es del ladrón, no de la policía, ni mucho menos de la persona que se dejó robar. Es bueno recordar esto, porque nos hemos acostumbrado a buscar la culpa en las personas, empresas e instituciones a las que podemos responsabilizar, señalar e incluso demandar por errores, omisiones e ineficiencias, olvidando que la culpa es del ladrón.
Así, hemos hecho procesos de paz con varias guerrillas y condenamos a los militares; damos amnistías tributarias a quienes no pagan los impuestos y aumentamos las tasas de tributación a los que pagan; no regulamos los informales y ponemos más reglas a los que por décadas han cumplido con las normas; los corruptos roban, les dan “batallón por cárcel” y nos suben los impuestos para tapar el hueco.
Esta cultura que hemos aceptado, que Emilio Yunis llamaba del “ladino”, hace que muchos sean pícaros y sean los buenos los que terminen pagando la condena.
Menciono esto, porque como millones de colombianos, mi hijo fue víctima del robo de su celular, mientras entrenaba voleyball en el coliseo de Servitá, al norte de Bogotá, porque dejó su maleta descuidada y alguien la abrió y tomo su teléfono, a la vez que robó varias maletas del lugar.
El entrenador se sintió culpable por lo que pasó, más la culpa no es él; mi hijo se sintió culpable por no haberse dado cuenta, pero la culpa no es de él; la seguridad del coliseo nos dijo que ellos no se hacen responsables, porque la culpa no es ellos, porque es un lugar público y abierto. Al ir a la estación de Policía de Servitá, un policía nos dijo que ahí no se hacía el denuncio, que debíamos hacerlo por la página de la fiscalía, si es que lo necesitábamos. Cosa que a la fecha de hoy no hemos podido hacer, por la ineficiencia de dicha página, casi dos semanas después.
En otras palabras, a un menor de edad lo roban, se preocupan las personas cercanas, un policía no le da importancia y el denuncio no se puede hacer. Afortunadamente, Movistar y Apple fueron mucho más efectivos y bloquearon servicio y aparato.
Hasta el sistema está definido para dejar pasar el caso, porque fue un robo simple, porque es de menor cuantía, porque no fue un atraco o quizá porque era domingo a medio día y a esa hora las autoridades funcionan diferente. La culpa es del ladrón, no de la oportunidad, ni de la víctima.
Esto es una cosa que debemos comprender y recuperar en nuestra conciencia. Para tener una sociedad justa, debemos tener autoridades que defiendan y protejan a las víctimas, no víctimas que son señaladas de ser los responsables, por dar papaya.
Nota: Impresionante la cantidad de clubes deportivos en Bogotá en el fin de semana, mientras miles de personas corren por las ciclovías. Esto que nos parece común, es un enorme logro de nuestra sociedad. Gracias Club Cedro.
Camilo Herrera Mora
Fundador de Raddar
