Una de las imágenes más llamativas que dejó el nuevo viaje a Estados Unidos del presidente de la República, Iván Duque, más allá de las reuniones clave con los líderes de los principales organismos multilaterales y bancas de inversión, fue la concesión de la nacionalidad colombiana a Howard Buffet, quien es el hijo del magnate estadounidense Warren Buffet, una de las personas más ricas del mundo.
En el evento, en el que el primer mandatario también le otorgó la Gran Cruz de la Orden del Mérito al estadounidense, Buffet se convirtió en un ciudadano de Colombia más y el país sumaría (de manera simbólica) un nuevo milmillonario a la lista nacional, pues es el heredero de los activos del conocido como el ‘oráculo de Omaha’ y cuando este se retire, también accedería a la dirección de Berkshire Hathaway.
La nacionalidad colombiana de Buffet tiene su principal explicación en los aportes que ha hecho en distintos programas sociales en Colombia, como son la donación de US$46 millones para la construcción de carreteras en la afectada región del Catatumbo, y los recursos que se han destinado para otros temas como la eliminación de minas antipersona que hay en el territorio nacional.
Pero más allá del formalismo que supone concederle esta nacionalidad a Howard Buffet, el principal mensaje que se extrae de ello es el interés y el impulso de personas acaudaladas de otros países, como es su caso o como también lo hizo recientemente el fundador de Amazon Jeff Bezos, por ayudar a Colombia y de involucrarse en la solución de algunos de los principales problemas que aquejan a Colombia como son el narcotráfico, la violencia y la seguridad, o los mismos esfuerzos por luchar contra el cambio climático. Anuncios concretos de inversión como los que se anunciaron de la visita de Estado, son una buena noticia para el país.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
framir@portafolio.co
Twitter: @pachomiranda
