Realizar actividad física no es nada sencillo, en especial, si se efectúan ejercicios vinculados a la fuerza. Por tal motivo, no es extraño escuchar a las personas gritar, gruñir y resoplar mientras tratan de aplicar sus rutinas. Ante eso, surge la pregunta sobre si es sano o no y si puede contribuir en nuestro desempeño. ¿Sirve o no?
¿Por qué emitimos sonidos?
Mary J. Sandage, profesora de habla y lenguaje en la Universidad de Auburn, sostiene que lo hacemos para “producir fuerza". La especialista indica que “tenemos que atrapar el aire así para levantar, para empujar”.
Sin embargo, también hay quienes afirman que es una forma de concentrar la atención. Entonces, ¿qué beneficios trae emitir estos sonidos tan particulares?
Beneficios psicológicos
1. Incrementa la fuerza muscular en un 10% de media: emitir sonidos como los gritos, suele aumentar la potencia de las señales eléctricas que el cerebro envía a los músculos para que se contraigan más.
2. Mejora la estabilidad, ya que incrementa la presión intraabdominal, lo cual es clave para levantar más peso y hacer mayores esfuerzos.
3. Aumenta la tolerancia al dolor y permite aguantar más tiempo en situaciones dolorosas.
4. En deportes aeróbicos, los gritos mejoran medidas como el consumo de oxígeno, producción de dióxido de carbono, ventilación y frecuencia respiratoria.
5. Ayuda a establecer un ritmo determinado, ya que generalmente gruñimos en el pico del esfuerzo.
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Actividad Física
Fuente: IStock
Otras ventajas
1. En los deportes de uno contra uno, emitir sonidos ayuda a que las personas puedan ganar confianza y fortalecer la autoestima. La acción de gritar puede servir como un recordatorio de la fuerza y determinación del atleta.
2. Permite concentrar la energía. Genera la posibilidad de enfocarse mejor en la tarea que tienen entre manos, lo que puede resultar en un rendimiento más efectivo.
3. Ayuda a liberar y canalizar emociones. Puede ser especialmente útil en situaciones de estrés o ansiedad, proporcionando una sensación inmediata de alivio.
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4. Establece un ritmo: mejora la sincronización de los movimientos y también genera que el ejercicio sea más dinámico.
5. Activación de hormonas positivas: gritar puede estimular la liberación de neurotransmisores como la serotonina y las endorfinas.
