Establecer horarios para comer es un hábito alimenticio que trae consigo múltiples beneficios. En especial, al momento de regular el metabolismo.
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Al comer a horas regulares, nuestro cuerpo se acostumbra a un ritmo metabólico estable. Esto facilita la digestión y la absorción de nutrientes, evitando problemas como la acidez o la pesadez.
Sincronizar el cuerpo con momentos específicos del día para alimentarse también permite evitar los picos de hambre al no tener un buen control sobre el apetito. Una alimentación regulada, además, contribuye a fortalecimiento del sistema inmunológico, lo que se traduce en reducir el riesgo de contraer enfermedades.
Si bien la mayoría de personas tienen una rutina establecida respecto a sus horas de almuerzo y desayuno, la de la cena suele no tenerse mucho en cuenta. Para resolver esa cuestión, la Universidad de Harvard realizó un estudio en el que determina cuál es el momento ideal para tener la última comida del día.
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De acuerdo con la institución educativa, no solo es importante cenar en el mismo horario todos los días, sino que, de hecho, existe una hora perfecta para hacerlo: las 7:00 de la noche.
Para respaldar esta teoría, los investigadores del proyecto le solicitaron a un grupo de participantes que siguieran una dieta idéntica, con la diferencia de que los horarios de comidas eran variados. Los resultados evidenciaron que quienes cenaban a esta hora mostraron un mejor rendimiento metabólico que quienes cenaban más tarde.
El análisis también se respalda en que comer demasiado cerca de la hora de dormir puede dificultar el sueño. A esto se le suma que cenar un par de horas antes le permite al cuerpo digerir y metabolizar mejor los alimentos, así como eliminar las grasas acumuladas.
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