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María Sol Navia V.

Reconciliación

El presidente olvida tantos horrores del que fue protagonista con el grupo delictivo en el que militó activamente, mediante secuestros, asesinatos...

María Sol Navia V.
POR:
María Sol Navia V.

La iglesia habla de reconciliación, el presidente habla de reconciliación, distintas ONGs plantean la necesidad de perdón y entendimientos para lograr la paz.

Sin embargo, el presidente de la república que ha acuñado los términos de ‘Paz Total’ y ‘Colombia potencia mundial de la vida’, en todos sus discursos e intervenciones apela al odio, la revancha, a dividir a la población entre los blancos esclavistas y los esclavos oprimidos, o términos equivalentes, como si las situaciones vividas en la colonia se hubieran perpetuado, y señala que los herederos de esos blancos esclavistas son los responsables de todos los males de la patria.

Reitera, con razón, el horror que fueron los falsos positivos, pero olvida tantos horrores del que fue protagonista con el grupo delictivo en el que militó activamente, mediante secuestros (el crimen más execrable), asesinatos, extorsiones y en connivencia con los narcos extraditables, la planeación del hecho más doloroso, injusto y vergonzoso vivido por el país, la toma del Palacio de Justicia y el asesinato de la mayoría de magistrados, personas honestas y en su mayoría ajenas al juego político y de otras personas inocentes que igualmente cayeron en ese horror.

Ese grupo recibió una impunidad total y por eso pudo él llegar al congreso y a la presidencia de la república, pero no supera su odio y su continuo señalamiento a quienes no son responsables de crímenes, como los empresarios, los agricultores y en general a todos aquellos que trabajando honestamente han construido país, empleo y unas condiciones económicas favorables para sus familias.

Sin embargo, su actitud con los grupos que continúan cometiendo crímenes contra los militares y la sociedad civil, es demasiado generosa.

Cómo puede avanzar la sociedad colombiana en buscar acuerdos y lograr consensos alrededor de unos propósitos comunes, una visión compartida de país que atienda los graves problemas de injusticia, inequidad, desempleo y desarrollo, si él mismo se encarga de azuzar permanentemente la búsqueda de retaliaciones con el desconocimiento de las bases de nuestro ordenamiento jurídico, que propende por la justicia en el estado de derecho, el respeto por los derechos de todas las personas, la cooperación entre distintas entidades y desde luego la sanción de los actos delictivos.

La reconciliación es un proceso en el cual todas las partes involucradas deben estar dispuestas a dialogar y buscar soluciones en común. Culpar a los empresarios o cualquier otro grupo en particular no es una forma constructiva para lograrla, ya que genera divisiones y fortalece la polarización.

Es importante promover el diálogo respetuoso y buscar estrategias conjuntas para avanzar hacia la reconciliación en cualquier contexto político. La reconciliación implica dejar de lado el resentimiento y la negatividad, y en su lugar centrarse en los valores y objetivos compartidos. Esto puede requerir de conversaciones difíciles, pero es fundamental para construir una confianza sólida y obtener eficaces resultados.

María Sol Navia
Exministra.

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